Un longevo convenio para reparar templos de la provincia

I.Camarero Jiménez
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El pacto entre Diputación y Obispado de Ávila, dotado con 120.000 euros permitirá intervenir en las iglesias de La Carrera, Villanueva del Aceral y Gotarrendura

Un longevo convenio para reparar templos de la provincia

Son muchos años ya de colaboración entre el Obispado de Ávila y la Diputación Provincial en lo que a la reparación de templos se refiere. Un pacto que empezó siendo tripartito (con la Junta de Castilla y León en el año 1997) pero que lleva ya tiempo, desde 2014, siendo a medias entre las dos primeras. Muchas han sido las iglesias que se han mantenido en pie gracias a esa alianza y este año se renueva para paliar los desperfectos  de esos inmuebles en tres localidades. En esta ocasión las elegidas han sido Gotarrendura, Villanueva del Aceral y La Carrera gracias a una inversión de 120.000 euros (60.000 cada institución) que este jueves se encargaban de presentar el presidente de la Diputación de Ávila, Carlos García y el Obispo de la Diócesis de Ávila, José María Gil Tamayo. Precisamente este último ensalzaba por encima de todo esa colaboración, más necesaria que nunca, para este asunto, pero también para muchos más. No quiso pasar por alto las consecuencias económicas que ya tiene y que «si Dios no lo remedia» tendrá también a futuro el impacto de la covid-19. Pandemia de la que él mismo se está recuperando en estos momentos y que fue motivo de su ingreso hospitalario durante una larga temporada.

Defendía el obispo esa colaboración y además ponía de manifiesto que desde que está en tierras castellanas y leonesas como responsable de la Diócesis de Ávila lo ha percibido con todas las administraciónes «a nivel provincial, local y regional», ahora bien no era así en el ámbito estatal, aseguraba con un «ya lo quisiera a nivel nacional». Muy crítico en ese sentido habló de una ideología «trasnochada» en ese ámbito y abogó porque en tiempos de crisis «de emergencia» se debe pensar en «clave de interés general», buscar -decía- «espacio para el diálogo y no para la confrontación ideológica» «sumar y no restar».

Para el presidente de la Diputació el convenio que les une para la reparación de templos que no son BIC (Bien de Interés Cultural) viene a destacar «el  compromiso con la historia, el patrimonio y la cultura», no en vano en esos lugares «hemos desarrollado parte de nuestra vida». «No son BIC pero sí edificaciones que han aportado mucho» y se comprometió a mantener este pacto a futuro con dotación en los presupuestos provinciales.

García explicaba que una comisión paritaria decide los templos sobre los que se actúa a propuesta de los técnicos del Obispado, «que son los que mejor conocen el estado de los mismos».

Para Gil Tamayo ayudar en el mantenimiento de estos templos es hacerlo en unos bienes que «contribuyen a la riqueza cultural y más en la España despoblada» y se mostraba convencido de que era una apuesta «por la cohesión social el desarrollo y el progreso» vinculados a las señas de identidad de un pueblo. La religión y en este caso el catolicismo decía es una elección personal pero también colectiva.

Una idea que también utilizó una vez que fue preguntado por los medios al respecto de su opinión sobre que el Gobierno español haya dejado a la educación concertada fuera de las ayudas de la covid-19. Lo entendía como «una clara discriminación» de la que culpaba a «los grupos radicales que están en el poder y que no aguantan lalibertad», manifestó al tiempo que animó a romper tópicos como el que vincula la escuela concertada a la de los ricos porque «no es así», aseguró. Defendió que quien opta por ella lo hace en el uso de su libertad y dejar a la concertada fuera de las ayudas es «excluir casi al 30% de la población escolar». Aludió a que la propia Constitución «consagra la libertad de los padres a elegir» y afirmó que «el Estado no es el propietario ni de los hijos ni de la Educación».

Dejarlos fuera es «por decisión ideológica y política», tenía claro Gil Tamayo y concluyó asegurando que «no se puede confinar ni la libertad ni los derechos». 

En Ávila la concertada también es motor de desarrollo y se le debe ayudar del mismo modo que a otros campos como pueda ser la automoción, ejemplificó.

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