Pase y medio para la final

EFE
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Messi se convierte, de nuevo, en el protagonista de la noche tras marcar un doblete a un Liverpool (3-0) que se dejó el aliento

Pase y medio para la final - Foto: Alberto Estévez

El FC Barcelona ha ganado al Liverpool FC en el Camp Nou (3-0) en la ida de las semifinales de la Liga de Campeones, un resultado que acerca y mucho al equipo blaugrana a la final del Wanda Metropolitano en Madrid salvo que los reds hagan un milagro en Anfield, pues en el templo del Camp Nou manda un Leo Messi que con doblete y golazo de falta directa salvó un partido extraño de los de Ernesto Valverde. 

Abrió la lata Luis Suárez en un gran remate acrobático, a centro de Jordi Alba, cerca de la media hora de juego. Se defendió el Barça, con Ter Stegen clave en dos acciones, tampoco más.

El 1-0 era ya un buen resultado, y el 3-0 final acerca mucho al Barça a su objetivo, esa final en la que de momento tiene medio pie el Ajax de Amsterdam. No se debe fiar un Barça que ganó 4-1 a la Roma y quedó eliminado al perder 3-0 en el Coliseo hace un año, en cuartos. Pero si juegan así, con contundencia defensiva y precisión quirúrgica en ataque, con Messi al mando, es más que factible pensar en que Anfield, que será un gran reto, puede no ser suficiente para los de Jürgen Klopp. 

El Barça sorprendió cuando intentó llegar lo más rápido posible al área rival. Sin buscar el asociacionismo, sin mover y mover el balón de lado a lado, sino vertical. Muchas veces la secuencia fue Ter Stegen, centro del campo y balón largo, eso si no era el portero quien la ponía arriba de primeras. Demasiadas prisas y descontrol que, no obstante, afectaron al Liverpool.

El duelo fue eléctrico y muy exigente a nivel físico. En un partido de ida y vuelta, en el que Barça y Liverpool se asemejaron a dos púgiles librando golpes, sin descanso, el equipo blaugrana no llegó a tener el control, pero dejó 'KO' al rival. Se adelantó en el marcador, es cierto que no sufrió apenas en la primera parte, pero en la segunda reculó demasiado. Suárez se iba desfondando y Messi, como un juvenil en los primeros minutos, desapareció reservándose para la sentencia final. Pero apareció para dar continuidad a la fiesta del pasado sábado celebrando LaLiga. Primero, recogiendo con el pecho un tiro al palo de Suárez y marcando a placer. Después, yéndose al suelo en el jardín de su casa tras marcar de falta directa el 3-0 en una acción que hace fácil y que no lo es. 

Justo después Mohamed Salah envió un balón al palo, sin oposición tras sacar Rakitic bajo la línea un disparo previo, para confirmar la mala noche 'red'. Y suerte tuvieron de que Ousmane Dembélé, refresco desde el banquillo y asistido por Leo Messi, falló el 4-0 de manera incomprensible cuando solo tenía que chutar entre los tres palos. Y le dio que el balón ni llegó a ser peligroso. 

Anfield dirá si el Barça aprendió algo en Roma.