Con la mochila al hombro y equipado con ropa de montaña, Luis Reguera se disponía este sábado a subir a la Laguna Grande «para dormir allí» después de pasar la jornada en la sierra. Pero antes de iniciar el ascenso en compañía de un amigo, ambos aficionados a la montaña hicieron un alto en el camino para preguntar al dueño del bar instalado en la Plataforma de Gredos cómo funcionaba «esto de la regulación y del parquímetro» porque «acabamos de ver una grúa, así que no sabemos si dejar el coche aparcado aquí, tenemos miedo por si mañana cuando bajemos se lo ha llevado», comentaba. Junto a él, Fernando Vela, otro madrileño que frecuenta Gredos, también se quejaba de «la desinformación y el caos» reinante este sábado en torno a la regulación de los accesos con la que se han encontrado los ciudadanos que este puente de El Pilar han optado por subir a la sierra, para muchos de los cuales fue «una sorpresa que ahora nos cobren», decían.

No obstante, la mayoría de las personas consultadas a pie de sierra no estaban en contra de la regulación del acceso de vehículos a la Plataforma de Gredos porque, admitían, «en puentes como éste hay mucho descontrol de coches y es necesario organizarlo», pero «no de la forma en la que está haciéndose, sin apenas información y con unos precios abusivos», criticaba  Enrique mientras hacía cola esperando al autobús que iba a llevarles desde la Casa del Parque hasta la Plataforma de Gredos. «Somos un grupo de quince personas, incluidos niños, y este viaje en autobús con el que no contábamos va a costarnos 30 euros», afirmaba.

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