De Mesa no admite polémicas

A.S.G.
-

2
Real Ávila
0
Santa Marta de Tormes
Finalizado
El Real Ávila desmonta al Santa Marta con un gol fantasma, al borde del descanso, que desatascó un partido falto de ritmo. De Mesa, en la segunda, lideró la reacción encarnada. Peli, de penalti, cerró el choque

Javi De Mesa alejó los fantasmas en un Adolfo Suárez que comenzó con dudas y terminó con aplausos para los suyos con una nueva demostración del extremo y un nuevo triunfo en casa de los encarnados, el quinto consecutivo, a los que les costó más de lo esperado ante un Santa Marta que hizo sus deberes pero no le alcanzó. Se encontraron con Alberto y con la polémica, la de un ‘gol fantasma’ a remate de Rafa Álvarez, desviado por Lolo y que Tomi bloqueó sobre la línea y contra el poste. Sin VAR ni ojo de halcón, imposible de resolverlo. «Ha sido gol, pero no ha entrado» reconocía el público con cierta ironía. Lo dio por bueno Juan Busto y al borde del descanso acabó siendo determinante. Porque tras el 1-0 el Real Ávila fue otro, tanto en lo colectivo como en lo individual, donde De Mesa volvió a firmar lo mejor de un choque en el que la suerte, esta vez sí, sonrió a los locales, que vencieron pero...

Un primer disparo de Mito, a las manos de Alberto, y una peligrosa pérdida de Rafa Alvarez a la que no terminó de sacar provecho Chopi, fueron los dos primeros avisos de un Santa Marta que advertía al Real Ávila de que había llegado al Adolfo Suárez con ganas de ponerle fin a una mala racha de resultados que ya se prolonga demasiado, más de un mes y nueve jornadas sin ganar. Sabía dónde apretar el equipo de Arturo Martín, que buscaba el error entre los centrales para hacer saltar la sorpresa ante un Real Ávila que quiso emocionarse con Cristo cuando voló en el área para cazar la chilena.

No terminaba de encontrarse el Real Ávila, que se encomendó a Alberto, el mejor en el primer acto. Porque de un mal despeje de Rafa Álvarez, que empezó sumando errores para terminar firmando aciertos, llegaba la mejor ocasión de los tormesinos. Le entregó –minuto 18– el balón a Jorge en la frontal. La aguantó y se la puso a Raúl, que la rompió con fuerza desde fuera del área, obligando a Alberto  a volar al palo largo para despejar a una mano lo que hubiera sido el 0-1.

Eran minutos para los tormesinos. Demasiado lejos Mayorga de Peli y Jorge, demasiado ordenado el Santa Marta, especialmente solidario en las ayudas. Moreira y Javi De Mesa empezaban a ser espectadores de lujo en un Adolfo Suárez que se ponía nervioso. Porque era el Santa Marta el que llevaba la voz en el partido. Mito empezaba a sentirse cómodo con el balón y Jorge –minuto 23– no se atrevió a disparar desde la frontal cuando los tormesinos volvieron a tener la ocasión.

Le costaba encontrarse al Real Ávila, que pudo hallar el camino en un cabezazo tremendo –minuto 25– de Cristo a centro de Moreira que entraba por la escuadra pero que anulaba el árbitro por fuera de juego. Poco después lo intentaría Javi de Mesa desde fuera del área. Dos fogonazos en un partido al que le faltaba el ritmo necesario. Porque los encarnados, imprecisos, estaban demasiado lentos.

Sin huecos, el balón parado. Regaló un córner Morante y a punto estuvo de aprovecharlo el Real Ávila. Le funcionó la pizarra. Engaño al primer palo, balón al segundo y barullo en el área donde Peli acarició el remate. No encontró el gol el equipo encarnado, que de los nervios pasó a la alegría al borde del descanso cuando el colegiado, a instancias de su asistente, daba por bueno el tanto de Rafa Álvarez, aunque el acta lo pondría en propia puerta de Lolo. Remató el central la falta botada por Manu Moreira, golpearía Lolo y Tomi detuvo sobre la línea y contra el poste. Saltaron los encarnados, protestaron los tormesinos y el gol (1-0) subió al marcador para cerrar el primer tiempo.

De la impaciencia de la primera mitad a los aplausos de la segunda. Porque el paso por los vestuarios despertó a los encarnados, que salieron con otra cara ante un Santa Marta que se veía superado, ahora sí, por el equipo de Jonathan Prado y en especial por De Mesa, acostumbrado en los últimos días a dejar lo mejor para las segundas partes. Anticipó lo que estaba por venir  con una jugada sobre la línea de fondo en la que se marchó de tres simplemente con una pisada. No llegó a buen puerto la jugada, pero el gesto ya mereció la pena. Como hubiera merecido el gol el extremo cuando – minuto 47– se la acomodó en la frontal para dibujar una rosca preciosa  que susurró a la escuadra. Desde la grada pareció gol, pero las manos en la cabeza del extremo dijeron otra cosa. El Real Ávila era otro. Donde antes andaba ahora cabalgaba, con De Mesa a la cabeza, que tendría el 2-0 en un mano a mano con Tomi –minuto 50– que no supo como resolver.

Subió la velocidad el partido. No era lo que necesitaba un Real Ávila que entró en el cuerpo a cuerpo con un Santa Marta con menos que perder. Quería el 2-0 el Real Ávila, pero necesitaba guardar la ropa. Se marchó Cristo –minuto 67– y entró Rivera. Quería más control Jonathan Prado, que veía cómo los tormesinos no se escondían, aunque no finalizaban. Había renunciado el Ávila a su ‘9’ pero el gol tiene muchos caminos en este equipo. El primero llegó de falta y el segundo llegaría de penalti. El punto fatídico otras veces servía a los encarnados para cerrar el duelo. Esta vez fueManu Moreira el que lo provocaba.Le derribó Lolo, se lo pidió Peli –que venía de fallar una pena máxima ante el Bupolsa– y el pelirrojo firmó el segundo con un duro disparo.

Con el 2-0 ya se le ponía muy cuesta arriba a un Santa Marta que hacía tiempo que no visitaba los dominios de Alberto. Fue el mejor de la primera parte por méritos y mantuvo a cero su portería con cierta suerte cuando –minuto 76– Lerma quiso meter a los suyos en el partido con un cabezazo que golpeó al larguero. No desistía el Santa Marta, pero ya no podía.

 

Jónathan Prado

«A veces no ganamos por la mala suerte»

Era un partido «para madurar» el que había preparado el Real Ávila ante el Santa Marta «que sabíamos lo que buscaba» aunque el mismo se abría con un gol polémico. «Muchas veces hemos hablado de que no tenemos suerte en muchos partidos. Está al límite, el asistente dice que adelante y contentos con ese gol porque nos abría el partido y nos permitía hacerles cambiar» comentaba.

Arturo Martín

«Es más fácil irse aplaudido que pitado»

Arturo Martín, entrenador del Santa Marta, tenía muy claro que la acción del 1-0 «condicionó el partido. Mis jugadores me dicen que no ha entrado. Desde mi posición no lo sé, pero cuando le pregunto al asistente no me contesta. Para dar un gol así tienes que estar seguro al cien por cien y en este caso ha preferido marcharse aplaudido que pitado».