Arturo Duperier: mártir y mito de la Ciencia española’, una muestra para recordar la grandeza de la obra de este investigador abulense que fue un firme candidato al Premio Nobel por sus estudios en el campo de la física a mediados del pasado siglo y también la injusticia que significó su ostracismo en nuestro país, organizada por Amigos de la Cultura Científica y la Academia de Ciencias, Ingenierías y Humanidades de Lanzarote con la colaboración de la Familia de Arturo Duperier, la Facultad de Educación de la Universidad Complutense de Madrid y la División de Enseñanza y Divulgación de la Física de la Real Sociedad Española de Física, ha llegado al Palacio los Serrano de Ávila, con la colaboración de la Fundación Ávila y Bankia, para reivindicar en su tierra a un científico que destacó a nivel internacional y al que su país olvidó.

La muestra fue presentada por Paco González, su organizador, y por la hija del homenajeado, María Eugenia Duperier, que manifestó la satisfacción que para ella supone esta exposición, “a la que estoy muy agradecida, como a el resto de homenajes que se le están haciendo a mi padre con motivo del 60 aniversario de su fallecimiento”.

Con esta exposición, que se presentó por primera vez en la Universidad Complutense de Madrid en diciembre de 2018, y que pudo visitarse en el Centro Cultural ‘Arturo Duperier’ de Pedro Bernardo entre febrero y abril de 2019, la Fundación Ávila se une a las actividades programadas por Amigos de la Cultura Científica y la Academia de Lanzarote para conmemorar el 60 aniversario de la muerte del insigne físico abulense, ocurrida el 10 de febrero de 1959.

El recuerdo de la figura y la obra de Arturo Duperier viene de la mano de una serie de paneles (ocho) y documentos que recorren no sólo los momentos ‘estelares’ de su vida como científico, sino que también hacen hueco para detalles personales, publicaciones propias, fotografías y recortes de prensa, testimonios todos ellos que ayudan a entender en toda su dimensión su trayectoria profesional y personal. Fundiendo física y arte se suman cinco bustos, uno de Duperier y el resto de otros destacados científicos españoles.

En esa rica información cabe también la denuncia de la injusticia histórica que se hizo en España con uno de sus intelectuales más ilustres a consecuencia de la guerra civil (se exilió en Inglaterra en 1938 y volvió a España en 1951 tras un ataque cardiaco, pero fue ninguneado y no se le permitió utilizar los aparatos para continuar sus investigaciones que le había cedido el Imperial College), y precisamente por eso la muestra destaca el carácter no sólo de ‘mito’ sino también de ‘mártir’ de la ciencia española.