Los abulenses y las tradiciones de Todos los Santos

P.R.
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Cientos de personas se acercaron hasta el cementerio municipal para rendir un homenaje a sus familiares y amigos que han desaparecido y únicamente el recuerdo mantiene viva su imagen

Los abulenses y las tradiciones de Todos los Santos - Foto: David Castro

"Vamos a aviar la visita en un momento, porque en cuanto se calme el viento que hace comenzará a llover". Era en torno a la una de la tarde de hoy cuando unos nubarrones que se acercaban por el Valle Amblés amenazaban la los cientos de personas que en ese momento visitaban las tumbas de sus allegados, cumpliendo con la tradición ancestral. Eran palabras de un amigo, con  el que departí por unos momentos en el cementerio. Indicó que momentos antes habían estado en el cementerio de un pueblo del Valle y que un veterano del lugar les señaló, que por la posición de las nubes, que llegaban por la zona del Puerto Menga, la lluvia tardaría en llegar unos quince minutos a ese pueblo.  Así parece ser que fue, porque cuando dejé a este amigo  traté de contemplar el paisaje del valle y ya se divisaban las cortinas de agua por aquella zona. Sin embargo la lluvia en la capital no apareció hasta por la tarde.

Ya en el camposanto de la capital la presencia de gente era una realidad. Llegados en solitario, en pareja o con la familia al completo, niños incluidos, fueron miles los abulenses que este viernes cumplieron con esta visita que para muchos es casi obligada durante esta jornada en la que el recuerdo de los seres queridos que ya no están entre nosotros se hace especialmente presente y doloroso.

Aunque el cementerio abrió sus puertas a las 8,00 horas, horario de apertura habitual, lo cierto es que la presencia de visitantes fue especialmente notable a partir del mediodía, momento que muchos abulenses aprovecharon para hacer esta visita cargada de emoción, de recuerdos y de tristeza. Las flores tampoco faltaron en esta jornada dedicada a recordar los seres perdidos.

Pese a esta gran afluencia de gente  los funcionarios que trabajan en este cementerio apuntaban que en la actualidad son «menos» las visitas que antaño. «Ahora muchas personas son incineradas y esta tradición es respetada fundamentalmente por personas mayores», Señalaba Juan, funcionario del Ayuntamiento de Ávila desde el año 2002, mientras aclaraba que probablemente porque «las personas mayores tienen más arraigo a esta tradición». Durante esta jornada fueron muchos los visitantes que recurrieron al personal municipal o bien al ordenador situado a la entrada de la oficina del cementerio para localizar las tumbas de sus seres queridos en este camposanto, que dispone de una 15.000 sepulturas y que está casi  lleno, indicaron a este periódico fuentes municipales.   Así, el goteo de visitantes solicitando ayuda para encontrar a sus seres queridos en el cementerio abulense fue constante durante toda la jornada. Unos lo consultan en el punto de información digital que el ayuntamiento tiene instalado o si no lo encuentran se acercan a preguntarlo al funcionario que se               encuentra en la oficina del cementerio.

Transporte. A pie, en automóvil o en el autobús especial que  Avilabús habilita todos los años, cualquier medio fue bueno para  acercarse al cementerio. La policía local habilitó 475 plazas  que se fueron llenando a medida que llegaron las horas punta. Unas plazas de aparcamiento que se consiguen ordenando el aparcamiento en batería en cada uno de los sentidos de la travesía de Antonio Álvarez. También ayudan a descongestionar  el aparcamiento las 70 plazas del crematorio.