«He ido evolucionando con el Programa de Acogimiento"

M.M.G.
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El de Margarita García Peral no es un trabajo cualquiera. Responsable del Programa de Acogimiento Familiar de Cruz Roja, por su mesa no pasan solo informes o expedientes. Por sus manos pasan las vidas de pequeños que necesitan ayuda. Ahí es nada.

«He ido evolucionando con el Programa de Acogimiento" - Foto: Belén González

MARGARITA García Peral (Ávila, 1973) aún recuerda con emoción su primer acogimiento. Y eso que fue hace casi 25 años. Los mismos que lleva trabajando en el Programa de Acogimiento de Cruz Roja, la mayoría de ellos, al frente del mismo.

En aquella ocasión se trataba del caso de una niña de seis años. Ahora, esa pequeña tiene 25 años, acaba de casarse y está planteándose ser madre. Por situaciones como ésta, con un final feliz que de no haber sido por una familia de acogida y por el trabajo de personas como ella no hubiera sido posible, Margarita se deja la piel en un trabajo tan apasionante como cargado de matices. Unos buenos, otros no tanto. Pero todos con un fuerte componente emocional que, a la fuerza, van marcando la personalidad del que lo desarrolla. Así lo considera Margarita. «Yo creo que he ido evolucionando a nivel personal con el programa, me ha enriquecido mucho», comienza nuestra charla con Margarita, que no tiene problema en reconocer que en este programa, en el que Cruz Roja trabaja para encontrar un hogar temporal a niños que atraviesan situaciones complicadas en sus familias biológicas, ha puesto su vida y su alma. «Intento dejarme la piel en que salgan familias», nos cuenta de manera natural Margarita.

¿Qué es lo primero que le viene a la cabeza sobre Ávila?

Que es mi hogar y mi casa. Yo he nacido aquí y salvo los años de estudio de Salamanca nunca me he ido de aquí. Ávila es el sitio confortable en el que me gusta estar.

¿Qué es lo que más le gusta de Ávila?

El que es una ciudad pequeña y acogedora. Su encanto por este motivo. En cambio...

¿Y lo que menos?

... Y en cambio lo que menos me gusta es el exceso de tranquilidad. Me gustaría que hubiera más movimiento en el comercio, en los servicios, los recursos...

Un lugar para perderse.

El centro de la ciudad. Es una maravilla. Me encantan las callejuelas, la Santa, pasear por el Rastro, que es algo muy abulense...

Un recuerdo de la infancia

Pensar en mi infancia es pensar en el parque de San Antonio. Ha sido mi barrio de toda la vida. Allí he crecido, he jugado, montado en bici... Todas las tardes estábamos allí ‘pinchados’ en el parque de San Antonio.

Un personaje abulense que le haya marcado.

Como a mucha gente, Adolfo Suarez, el presidente. Fue una figura muy importante durante la Transición y el que sea abulense es un honor.

El mayor cambio que necesita Ávila es …

El que haya más movimiento a nivel de creación de puestos de trabajo, de medios de transporte.Es una pena con lo bonita que es nuestra ciudad y lo bien ubicada que está respecto a ciudades como Madrid queno tengamos mejores comunicaciones.Se tendría que luchar más porque la gente de Ávila podamos quedarnos aquí y porque los que son de fuera pudieran venir.

Y tiene que mantener …

Insisto en decir que el encanto de ciudad pequeña y acogedora. A mí las ciudades grandes me gustan sólo para un rato. A Ávila el encanto de ciudad pequeña le otorga además la categoría de ciudad segura.    

¿Qué le parece la ciudad hoy día?

Se está haciendo todo lo posible para mantenerla bonita, para hacerla acogedora de cara a los turistas.Eso lo tendría que mantener. Se está haciendo mucho por potenciar el turismo.

¿Cómo ve Ávila en el futuro?

Si no nos esforzamos por fomentar el empleo la veo envejecida y me da muchísima pena porque es mi ciudad y me encanta. Ni siquiera como una ciudad dormitorio, porque eso implicaría tener comunicaciones más ágiles. Y tardar casi dos horas en llegar a Madrid no es positivo.

¿Qué puede aportar a la ciudad?

Desde poder hablar bien de la ciudad a colaborar para que las cosas sean mejores. Contribuir en lo que se pueda. Hay que ser participativos, implicarse.