Detenido por mostrar una navaja, un palo y azuzar a un perro

J.C.H
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Según el relato de los agentes, las patrullas acudieron al portal tras las quejas por los ruidos protagonizados por el acusado, el cual acabó reducido y arrestado

Imagen de archivo de una patrulla de la Policía Local de Ávila

Detenido bajo la acusación de desobediencia grave. Así concluyó el domingo para un vecino de Ávila, de 35 años, y residente en la zona sur, tras protagonizar presuntamente un violento enfrentamiento con agentes de la Policía Local de la capital abulense. Los policías le acusan de haberles amenazado con una navaja y un palo, de haber acometido contra uno de ellos, de haberse resistido violentamente y de haber azuzado a un perro de raza Rottweiler, al grito de «ataca, ataca» frente a los policías.

No ha sido un fin de semana tranquilo para la Policía Local de Ávila. A los habituales controles y sanciones por el uso de mascarillas o por saltarse las restricciones de la movilidad, se sumó, dentro de este espectro relacionado con el control de la covid-19, una fiesta ‘ilegal’ en un garaje presuntamente alquilado y la detección de un conductor, supuestamente ebrio, al mando de una carretilla mecánica por la Avenida Europa.

El corolario a la crónica de sucesos tuvo lugar en una vivienda de la zona sur, a las 22:34 h del domingo, tras la llamada de un vecino quejándose, según informa la Policía Local, «por molestias que se estaban produciendo por ruidos en un domicilio».

Al acudir los agentes al lugar de los hechos, un portal de la zona sur, corroboraron lo denunciado por el alertante, por lo que  «intentaron comunicarse» con el molesto residente. 

Tras múltiples tentativas, según aseguran los policías, el hombre requerido abrió finalmente la puerta, portando una navaja en la mano con la que comenzó a insultar y amenazar a los agentes. Estos le conminaron a deponer esa actitud violenta y, según el relato de los agentes, el acusado tiró el arma hacia el interior de su domicilio, pero volvió a cerrar la puerta. Los policías repitieron la misma escena anterior. Llamaron a la puerta, insistieron y, también en esta ocasión, consiguieron que el individuo abriera la puerta, pero ahora, en vez de navaja, esgrimió un palo de madera con el que amenazó con golpear a los agentes.

 Enfrascados de nuevo en atemperar a tan conflictivo vecino, los policías le instaron a que soltara el palo y le insistieron en que abandonara la actitud violenta. A lo de soltar el palo accedió, lanzándolo al parecer dentro de la casa, como había hecho con la navaja, pero a lo de contemporizar no estaba dispuesto, así que, según la nota policial enviada a los medios, «prosiguió con los insultos y actitud agresiva y llamó a un perro de raza Rottweiler, azuzándolo hacia los agentes con palabras como ‘ataca, ataca’». Los funcionarios consiguieron cerrar la puerta del domicilio, dejando al perro en el interior, momento en el que, según la policía, «el interesado se revolvió contra ellos, acometiendo contra uno de los agentes y ofreciendo fuerte resistencia, por lo que tuvo que ser reducido utilizando la fuerza mínima imprescindible y se procedió a su detención por un supuesto delito de desobediencia grave, siendo informado en ese momento de los derechos que le asisten según la legislación vigente».