Hombre, 60 años e hipertenso: paciente tipo de UCI por covid

B.M
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Ávila ya tiene su UCI ampliada, con 14 camas en el hospital Nuestra Señora de Sonsoles, y se prepara para una Unidad de Cuidados Avanzados en el Provincial

Hombre, 60 años e hipertenso: paciente tipo de UCI en Ávila

La sanidad abulense tiene su Unidad de Cuidados Intensivos ampliada, con seis camas más hasta llegar a 14. En esta unidad, operativa en el hospital Nuestra Señora de Sonsoles, ya cuatro de las seis nuevas camas están ocupadas, lo que es posible tras una inversión de más de 800.000 euros para las obras y el equipamiento, según recordó el delegado territorial de la Junta en Ávila, José Francisco Hernández Herrero.

Evidentemente en la presión asistencial que tiene esta unidad, mucho tienen que decir los pacientes con covid-19, que según explicó el jefe de la unidad en Ávila, el doctor Antonio Isusi, son personas con características muy similares a la primera ola, con un paciente tipo de un hombre de 60 años con una patología previa, principalmente relacionada con la hipertensión, lo que no quiere decir que no haya mujeres. El mayor es de 80 años y el más joven de 47, dentro de una unidad donde hay dos personas que llevan más de 60 días en Cuidados Intensivos.

Sin embargo, sí hay diferencias con la primera ola, que «fue brutal», porque entonces «los pacientes venían de cinco en cinco e intubábamos a tres todos los días. Era un no parar». Ahora, dijo, «vienen un poquito más despacio» y se intuba a uno cada tres días. Además, «las cosas están mal pero ni parecido», y trabajan «mucho, pero por lo menos nos da tiempo a pensar. Antes doblábamos turnos» y en este momento cuentan con ese margen para hablar con internistas, consensuar.

La unidad, explicó María Antonia Pedraza, gerente de Asistencia Sanitaria de Ávila, supone también la ampliación del personal, con dos nuevos facultativos especialistas en medicina intensiva, además de 15 enfermeras de cuidados intensivos y diez técnicos en estos cuidados. Personal que se une a los protocolos para la «calidad y atención al paciente».

Estas 14 camas estructurales se pueden ampliar con otras cuatro de la Unidad de Reanimación Postanestésica (de hecho actualmente hay 18 camas dispuestas) y otras ocho más de la Unidad de Reanimación, llegando a 26. Aún así, esperan que no se tengan que utilizar estas últimas camas porque supondría paralizar las operaciones, un horizonte que no se contempla. «Nuestro espíritu es mantener la actividad quirúrgica», dice el doctor Isusi, y además «sigue habiendo infartos, ictus... patología crítica». Es más, la propia Pedraza explica que en esta segunda ola de covid-19 se sigue manteniendo toda la actividad quirúrgica con los ocho quirófanos activos y con las camas de reanimación disponibles, por lo que no se ha tenido que suspender o retrasar ninguna intervención e incluso se están utilizando en jornada de mañana y tarde para «rentabilizar al máximo» la actividad quirúrgica y poder recuperar «todos los tiempos de quirófano que se perdieron durante la primera ola de la pandemia».

Esto no se podría hacer si las ocho camas de reanimación se utilizaran como UCI, puesto que habría que paralizar la actividad quirúrgica. Pero en este momento el único planteamiento según las necesidades de los pacientes covid y no-covid es utilizar o no las camas de la unidad postanestésica, lo que no interfiere en el ritmo de operaciones.

Respecto a la UCI, Antonio Isusi señala que ahora cuentan con esas seis camas más de forma estructural, lo que ha sido posible teniendo en cuenta el espacio del que disponen, en este caso utilizando zonas de trabajo de los médicos para hacerlas asistenciales y siempre con esa capacidad de expandirse si es necesario. Habló de una «ampliación muy relevante», porque aunque les hubiera «gustado más grande, el espacio es el que es», y ahí se cuenta con toda la maquinaria necesaria y también con el denominado flujo negativo, es decir, que el aire va hacia el exterior lo que hace que los pacientes estén más aislados y sea más difícil el contagio.

«Siempre hemos intentado estar preparados para atender a nuestra población», explica el doctor Isusi, que recuerda como en la primera ola utilizaron «camas de todo tipo para que no hubiera ningún paciente que no tuviésemos la posibilidad de atenderlo». Pero era evidente que iba a llegar una segunda ola y de ahí el plan de ampliación de la UCI que ya es una realidad.