Alberto Berrón tiene sólo 24 años pero es ya toda una promesa del mundo de la moda.

Porque este joven diseñador, natural y residente de Las Berlanas, acaba de protagonizar su primer gran desfile en el Concurso de Jóvenes Diseñadores de Castilla y León, celebrado al amparo de  la XXIII Pasarela de la Moda de Castilla y León.

Cierto es que no ha resultado el ganador. Ese honor ha sido para el burgalés Alvar Merino. Pero eso no le va a frenar a la hora de seguir luchando por conseguir su sueño: convertirse en un diseñador con firma propia que pueda vestir a la mujer española en sus citas más importantes.

«La verdad es que todo esto es puramente vocacional. Creo que únicamente valgo para esto», nos dice con humildad Alberto, que ya desde pequeño diseñaba ropa para sus muñecas y que no tuvo ninguna duda a la hora de elegir sus estudios: tenían que ser en la Escuela de Arte de Burgos.

Allí, nos cuenta, disfrutó muchísimo. «El proceso de aprendizaje fue muy bonito», recuerda su reciente paso por la escuela. Y nos confiesa también que fue al terminar esos estudios cuando, rápidamente, se dio cuenta de la dureza del mundo en el que está dando sus primeros pasos. «Todo es muy difícil, te piden mucha experiencia…», cuenta.

Pero cuando se tienen 24 años resulta complicado (por cuestión de tiempo, más que otra cosa) justificar una experiencia laboral que, eso sí, él está trabajando duro por lograr.

Lo hace desde su pequeño taller, en Las Berlanas. Allí lleva a cabo todo el proceso creativo: desde el diseño de los modelos a la confección de los mismos. «En mi máquina de coser doméstica, ni siquiera tengo aún una máquina industrial», nos confiesa con sencillez, a la vez que nos habla de cómo lo que más le gusta de todo ese proceso es la fase del patronaje.

Todo ello lo ha experimentado ya en su primera colección, la que creó a partir de 30 modelos para su trabajo de final de curso en la escuela y de la que extrajo los cuatro modelos que tenía que presentar en el concurso de la Junta de Castilla y León. «Elegí los más representativos de la colección», nos cuenta Alberto, que nos descubre también el nombre de la misma.

«Se llama 'Arché', que es un concepto de la filosofía griega que hace alusión al origen del Universo y que toma como base la existencia de cuatro elementos, la tierra, el aire, el fuego y el agua», dice.

A partir de ahí, siempre con la naturaleza en mente, y teniendo claro la importancia que para él tienen los volúmenes, Alberto creó unos diseños espectaculares. «Me gusta el volumen pero que no sea muy exagerado, que aunque esté fuera de lo normal sea funcional, que se pueda llevar», describe los trajes de su marca homónima, para los que emplea tejidos que le permitan precisamente jugar con esos volúmenes.