Júbilo en las calles abulenses por el Resucitado

P.R.
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El encuentro entre la madre y su hijo se celebró en la puerta de la iglesia de la Sagrada Familia, después tuvo lugar la misa y la procesión por las calles de Ávila

L a parroquia de la Sagrada Familia  fue esta mañana el epicentro de la fiesta, como lo viene siendo en los últimos cincuenta años en Ávila. Es en este lugar donde se escenifica el encuentro de la Virgen y Jesús, de la madre y el hijo en este festivo domingo de Resurrección. Un encuentro que se produce en los minutos previos al inicio de la  misa y a pie de calle. Tras ello llegó la Eucaristía, que presidió el párroco, Juan Gomendio.

 Mientras se celebraba la misa esto ocurría bajo techo, decenas y decenas de fieles se iban acomodando en los alrededores del templo y ante todo buscando el sol para esperar tranquilamente el inicio de una procesión que se encarga de trasladar (a partir de las 12 del mediodía) la alegría de la Resurrección por muchas vías abulenses. Poco antes de las doce de la mañana, la imagen de Cristo era la primera en salir de la iglesia, y acto seguido lo hacía la Virgen, de nuevo con el himno nacional como acompañamiento. Los miembros más jóvenes de la cofradía organizadora, vestidos con túnica blanca, capa roja y cíngulo blanco y rojo, se situaban al frente de la comitiva y tras ellos los estandartes de las cofradías de la ciudad, que abrían el paso a al Cristo Resucitado y a la Virgen del Buen Suceso,

Desde allí, desde la Sagrada Familia llegó el desfile procesional al barrio de San Antonio y desde este al de la Estación. Es la forma de dar la buena nueva en esta ciudad y en buena parte de sus barrios. Por la Avenida Santa Cruz de Tenerife y la calle Sierpe abandonaron el barrio de San Antonio para encaminarse por el paseo de la Estación ya en pleno barrio. Desde aquí hacia la zona centro pasando por Duque de Alba, Comandante Albarrán y San Millán antes de adentrarse en la plaza de Santa Teresa.

Desde allí, la procesión cogió la calle San Segundo y después la Plaza de San Vicente. Donde tuvo lugar la pertinente parada en el Humilladero.

Humilladero. En la ermita del Humilladero los  representantes del Ilustre Patronato de la Vera Cruz recibían a las dos imágenes a ritmo del himno de España y antes de emprender el definitivo caminar hasta la ermita del Resucitado. La procesión entraba ya en su recta final cuando enfilaba la calle Valladolid para llegar a la ermita del Resucitado, donde ya todo estaba preparado para una larga jornada de fiesta tanto para mayores como para niños. 

Fueron muchos los que estuvieron presentes durante todo el recorrido, y siempre por supuesto respaldado por la música del grupo de la dulzaina y el tamboril como es tradición. Y, como no, de los  cohetes que iban anunciando el paso de la procesión constantemente, como lo hicieron en la salida de las dos imágenes de la iglesia. Ambas  llegaban a la ermita del Resucitado, donde permanecieron expuestas a lo largo de la tarde para que pudieran ser  visitadas por los numerosos abulenses que se acercaron hasta El Pradillo.

En un acto como éste que pone fin a la semana de pasión no faltaron los miembros de muchas cofradías abulenses, que se sumaron de esta forma a la fiesta.

Con la fiesta del Resucitado se dan por finalizadas las fiestas de la Semana Santa, pero también comienzan las fiestas en las diferentes barriadas de la ciudad, que se van a ir celebrando la mayor parte de los domingos desde aquí hasta el verano. Es una tradición que año a año la ciudad viene celebrando.

Por la tarde muchos abulenses se están acercando hasta El Pradillo para participar en la romería que como manda la tradición se celebran todas las tardes del Domingo de Resurrección en las inmediaciones de la ermita del Resucitado. También por la tarde tiene lugar la tradicional subasta de los productos que han ofrecido al Santísmo Cristo. de la dirección e esta subasta se encarga la Cofradía del Santísimo Cristo del Resucitado, que es la encargada de organizar todas estas fiestas. La tradición también era comer el hornazo en este emblemático lugar, pero ya son muy pocas las familias que lo hacen. / Belén González