El Brexit, en manos de los británicos

Agencias
-

Tusk asegura que la UE está preparada «para lo peor», pero espera «lo mejor», mientras May abre la puerta a nuevos escenarios

El Brexit, en manos de los británicos - Foto: YVES HERMAN

A falta de una semana para que se cumpla la fecha oficial prevista para el Brexit, ya nadie contaba ayer con que la salida británica se produzca el próximo 29 de marzo. Eso sí, tras la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la UE, celebrada en Bruselas desde el pasado jueves y que concluyó ayer por la tarde, los mandatarios comunitarios han querido dejar claro que la pelota para que el divorcio se produzca en unos términos positivos -o incluso negativos- está en el tejado de Londres y que deberán ser los políticos del Reino Unido los encargados de diseñar los próximos pasos a seguir.

Así se pronunció, en representación de los Veintisiete, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, quien avisó de que el desenlace de la ruptura está «en manos de los británicos». También aseveró que la UE está preparada «para lo peor», aunque sigue «esperando lo mejor» del período de gracia que los Estados miembro aceptaron conceder al Gobierno de May la noche del pasado jueves para retrasar al menos unas semanas la salida y preparar un Brexit ordenado.

El calendario fijado incluye un divorcio suave el 22 de mayo -con la condición de que el Tratado de Retirada sea aprobado la próxima semana en la Cámara de los Comunes-, pero también una ruptura automática el 12 de abril si fracasa el acuerdo y no pactan antes una solución alternativa. También abre la posibilidad de que las partes negocien una prórroga más larga en caso de que no haya consenso, pero ello conllevaría que el Reino Unido convoque las elecciones europeas de mayo.

«Esto quiere decir que todo es posible: un acuerdo, una prórroga larga o revertir el Artículo 50. El destino del Brexit está en manos de los amigos británicos», resumió Tusk, quien añadió que «la esperanza es lo último que se pierde». 

Precisamente, ese es el mensaje al que se debe aferrar May, que intentará someter a votación el tratado la próxima semana, aunque explora al mismo tiempo la posibilidad de dar a elegir a los diputados hasta siete vías alternativas si el pacto vuelve a ser rechazado. Entre ellas, estaría cancelar el Brexit, celebrar otro referéndum, salir sin acuerdo de la UE y mantener al país en el mercado único o un adelanto de las elecciones.

A pesar de todo, el objetivo principal de la premier es todavía lograr el aval de los diputados a su acuerdo. Para ello, prevé pasar el fin de semana intentando convencer al sector más euroescéptico de su partido, al norirlandés DUP y a  los laboristas partidarios del Brexit para que cambien de postura.