Comienza en la Audiencia Provincial el juicio por el crimen de Mónica Berlanas el 6 de octubre de 2016 en Arévalo en el que el acusado J. F. G., que fue pareja de la víctima, rechazó declarar, incluso las preguntas de su defensa.

El juicio, por procedimiento de jurado, comenzó con la intervención de las partes, fiscalía, acusaciones particular y popular, Abogacía del Estado y defensa, con peticiones que van entre los 24 y 25 años por parte de las acusaciones por el delito de asesinato mientras que la defensa lo fija como homicidio y pide 5 años.

Entre los primeros testigos del juicio se encontraban los guardias civiles que realizaron la inspección ocular del lugar de los hechos, uno de los guardias civiles que primero llego al domicilio y la hermana de la víctima para la que se colocó un biombo para que no pudiera ver al acusado.

En el inicio de la sesión, el fiscal relato su tesis sobre cómo fue la muerte de Mónica llegando a decir que la casa se convirtió en una ratonera para la víctima, que fue golpeada y recibió a cuchilladas en la cara para posteriormente ser degollada, señaló. Esto sucedió con las dos hijas en el domicilio y comentó, con la presencia de una de ellas que se despertó.

La hermana de la víctima comentó las consecuencias psicológicas que han quedado en la niña y hablo de que aún recuerda lo sucedido.