De nuevo en sus manos

A.S.G.
-

La victoria ante el Numancia B permite al Real Ávila volver a depender de sí mismo para alcanzar la Fase de Ascenso. El calendario propio y el de sus rivales, con cruces directos, beneficia a sus intereses

De nuevo en sus manos - Foto: Isabel García

El Real Ávila se ha quitado un peso de encima. Lo necesitaba el vestuario, atenazado; el entrenador, que aterrizó con la misión de cambiar la dinámica; y el propio club, que veía cómo el esfuerzo realizado para la construcción de un equipo capaz de alcanzar la Segunda B, o al menos pelearla, se empezaba a desmoronar como un coloso al que le fallan los principales pilares. Se resquebrajó la confianza, el buen juego y los resultados. Puede fallar uno, pero no los tres. Se agrietaron los cimientos del equipo encarnado, que los ha vuelto a recuperar en una de esas jornadas en las que se pone todo en juego. Porque el duelo ante el Numancia B, aunque a la temporada de los encarnados aún le quede seis partidos por delante, era un ahora o nunca. Y la plantilla reaccionó. Agitó el árbol María Hernández y ante el filial de Carlos Ortega el equipo, que ya en Aranda dejó muestras de recuperación, dio otra imagen. Si con un 2-0 esta misma plantilla prácticamente acabó pidiendo la hora ante La Granja cuando los de Ricardo acosaron la meta de Johan y se vieron las caras con el poste y el larguero hasta en tres ocasiones, ahora no hubo fantasmas. El equipo vuelve a morder.        

«Espero que este partido sea un punto de inflexión» reconocía Manu Moreira. Se animó el vestuario y se animó el club, que reconoce la importancia del triunfo no sólo por volver a depender de sí mismos para alcanzar la Fase de Ascenso sino porque la imagen y la actitud de los jugadores fue muy distinta a la que se ha visto jornadas atrás. En una tarde de todo o nada, el Real Ávila jugó su mejor baza para recuperar de nuevo la iniciativa en esta partida a cuatro ante la Arandina, Numancia B y Burgos Promesas.

Los encarnados no sólo vuelven a estar entre los tres primeros, sino que lo hacen con un calendario que les sonríe. Real Burgos, Almazán, Colegios Diocesanos, La Granja, Cebrereña o Mirandés B se dibujan en el camino hacia el final de esta primera fase. Debe verse aún las caras el Burgos Promesas con el Numancia B, la Arandina aún debe cruzarse con el filial rojillo y la Segoviana, mientras que el Numancia B jugará contra todos –Burgos Promesas, Segoviana y Arandina– en un calendario de cruces en el que los encarnados pueden ser un espectador de lujo si hacen su trabajo. «Aún está todo muy igualado» recuerda María Hernández. Está bien tenerlo muy presente.