Una gran fiesta que apuesta por lo seguro

M.M.G.
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Las calles se abarrotaron con las miles de personas que disfrutaron del Mercado Medieval y que estuvieron arropadas por un dispositivo de seguridad que veló, sobre todo, por los niños. Cerca de mil portaron el primer día la pulsera identificativa

Una gran fiesta que apuesta por lo seguro

Resulta casi imposible decir cuántas personas pasaron este sábado por el Mercado Medieval de Ávila, el de las Tres Culturas. Pero no nos equivocaremos si decimos que miles de ellas abarrotaron durante toda la jornada unas calles que bullían vida y que, en algún momento, se quedaron incluso pequeñas para acomodar a tanta gente.

Pero el Mercado Medieval de Ávila es eso: es bullicio, es alegría, es magia y es diversión. Diversión segura, eso sí. Porque uno de los aspectos que más se trabaja a la hora de montar este gran evento es la seguridad del mismo. Se trata, en definitiva, de que todo salga a pedir de boca sin que nadie corra peligro, algo en lo que trabajan estos días los miembros de la Junta de Seguridad creada expresamente para el mercado y del que forman parte Ayuntamiento de Ávila, Policía Local, Policía Nacional, Bomberos de Ávila, ProtecciónCivil, Cruz Roja y la empresa organizadora, la Fragua de Vulcano.

Responsables de todos ellos se reunieron este sábado a primera hora para establecer las medidas a llevar a cabo y para hacer balance de la jornada del viernes, primera del mercado, un día que en palabras del alcalde, Jesús Manuel Sánchez Cabrera, transcurrió con tranquilidad. De hecho, sólo se registraron dos incidencias que, destacó Sánchez Cabrera, concluyeron satisfactoriamente. 

En una de ellas, el dispositivo de seguridad del Mercado Medieval atendió a una mujer de 71 años que por la noche sufrió una parada cardiorrespiratoria en la plaza de la Catedral. «Pero el operativo funcionó bien y rápidamente se habilitó un acceso para que accediera el 112», recalcó el alcalde, que comunicó también que gracias a la pronta actuación de todos la mujer pudo llegar con vida al hospital abulense. Según algunas fuentes, en última hora de ayer su estado habría evolucionado negativamente. 

La segunda de las incidencias tuvo como protagonista a una niña que por la tarde se perdió de sus padres en la plaza de Santa Teresa. En menos de media hora el dispositivo de seguridad logró que la familia se reuniera después del susto.

Una niña, por cierto, de las pocas que en la primera jornada del mercado no portaba las pulseras identificativas de seguridad que se distribuyen en cuatro puntos en el Mercado Medieval y que se recomienda que se coloque a los pequeños. «En la jornada del viernes más de 900 niños llevaron la pulsera», destacó Sánchez Cabrera. La cifra es elevada y supone, además, un incremento del 10 por ciento respecto a las pulseras que se repartieron en la primera jornada del mercado del año pasado. «Y eso nos hace pensar que ayer (por el viernes) tuvimos un 20 por ciento más de visitantes», reflexionó sobre esta primera cifra el alcalde de la capital. «Y hoy (por el sábado) probablemente superemos esa cifra», abundó en la idea.

Y lo cierto es que, a la espera de conocer las cifras oficiales, las calles del centro de Ávila estuvieron a rebosar durante todo el día.

Uno de los momentos más concurridos del mercado fue el del Desfile de las Tres Culturas, el pasacalles en el que a los miembros de la Corporación Municipal (ayer encabezada por Sánchez Cabrera que se vestía de época por primera vez como alcalde) se suman cientos de abulenses ataviados a la antigua usanza y, por cierto, con un nivel muy elevado.

Cornetas, tambores, cítaras y gaitas pusieron la banda sonora a un recorrido en el que tampoco faltaron bailarinas, malabaristas, orcos, bárbaros y arqueros, que regalaron con sus flechas caramelos como si de una cabalgata se tratara. La comitiva terminó su recorrido en el atrio de San Isidro.