Pilar Iglesias

Pilar y sus cosas

Pilar Iglesias


Matrix. Cerdos. Y el Metaverso

17/01/2022

Ayer escuché dos noticias que me hicieron mirar con la ceja levantada. Cuando digo ayer hablo de la semana pasada porque tú, lector, me lees en el futuro, y yo, escritora, te escribo desde el pasado. Para que luego digan que no existen los viajes en el tiempo. Y es que la realidad supera la ficción. Una ficción que se supone que se inspira en la realidad. Las hermanas Wachowski, más allá de copiar a Los Invisibles de Morrison, ser alabadas por Gibson y triunfar mucho más y mejor que Dark City de Alex Proyas, cosas de la vida hasta usaron el vestuario de esta última para hacer la que triunfó. Digo, más allá de esta interminable lista, ahora se copian a sí mismas. En cartel tienes la última que es un lavado de cara de la primera para que los de ahora se enganchen a lo que de por sí ya era bueno. Porque sí, soy fan(ática) de Matrix, algo has notado. Y sí, no copia a los que copian porque todo ya es probable que se haya escrito antes. Cuando se habla de esta película se suele citar a Platón. Devuelta a la Grecia clásica. Y si tuviese tiempo para leer más allá de nuestras fronteras vería historias que tratan sobre lo que se pensaba nuevo en el ´99. Como poco, tienes el cuento de Zhuangzi que soñó que era una mariposa que soñó que era un hombre que soñó que era una mariposa. Y estaba en la cama cuando, a las seis de la mañana, dan la noticia sobre el éxito que ha tenido el trasplante de corazón de un cerdo a un hombre. A lo largo de la mañana fue desgranándose y ampliándose más este titular que se coló en mis sueños, porque aun quedaba media hora de duermevela hasta que el levantarme fuese inevitable. Mi mente viajó hasta esa persona, y vi cómo se iba transformando en cerdo. Cosas. Un catedrático de cardiología explicó que no era el primer intento de trasplante entre animal-persona. Hablaba de 1981, y otra fecha. Hablaba de «esperanza» pero no las tiene todas consigo, abogaba más, o eso me pareció, por los órganos sintéticos. Acabó, guiado de la mano del periodista, sucumbiendo al entusiasmo y afirmando que era algo «ilusionante», pero poco más. Y es una noticia real. Todo lo real que puede ser la realidad habiendo empezado por Matrix y que yo prefiero comparar con Descartes. Para quien lo que vivimos, de forma somera y exagerada, podría ser una ilusión que nada tiene que ver con lo que realmente vivimos. Podríamos ser, usando otra analogía, cerebros conectados y sometidos a una enorme ilusión colectivoindividual. Y aquí entra Mark. Sí, el  que creó Facebook, que ya no es Facebook por todos aquellos tinglados de manipulación política y que ha cambiado de nombre y ahora se llama Meta. Porque quiere crear el Metaverso. Y está en Fitur. Aun no he comprendido muy bien para qué, si es como destino turístico o como armonizador de eventos o para ampliar negocios. Pero el Metaverso está en Fitur representado por HELIXA, quien (o que) ofrece a los visitantes la creación en tiempo real de su avatar «un gemelo digital personalizado hiperrealista en 3D #seriezero con el que podrán interactuar en plataformas digitales y el metaverso». Así, a bote pronto, se me ocurren dos pelis y una serie que trata sobre esta idea. Ready Player One, SumerWars y Sword Art Online. Pero habrá más. Y así es como la ficción inspira la realidad que supera la ficción. Facilísimo.