José Antonio Sánchez era la primera y única opción para el Óbila Club de Basket. El Óbila Club de Basket era la primera opción para José Antonio Sánchez. No era de extrañar que tarde o temprano llegara la renovación del entrenador al frente del Ávila Auténtica El Bulevar. «Si se ha demorado un poco ha sido por la situación de pandemia y mi trabajo en el colegio, al que me debo». Necesitaba asegurar la posibilidad de seguir compaginando trabajo y «aquello que tanto me apasiona», el baloncesto. La posibilidad de hacerlo dejó vía libre a una continuidad que, en realidad, no se ha roto en ningún momento. «Desde Madrid he estado adelantando trabajo» explicaba el entrenador madrileño ante la que será su segunda campaña en el CUMCarlos Sastre, donde «pronto volveremos a juntarnos todos» avanza el técnico. Consciente de la situación de incertidumbre que rodea al deporte en general y el baloncesto en particular, opta por adoptar una posición optimista. «Si no es en octubre será en noviembre, pero volveremos». Él, por su parte, sigue haciendo su trabajo junto a gente como Mauri, David o Carlos para la confección de un equipo para el que ya tienen bastantes nombres marcados.

«Será muy difícil tener otro Jaume Lobo» señala ante la nueva configuración del equipo. El escolta catalán, el próximo curso en LEBPlata con Clavijo, fue el ‘martillo pilón’ con el que el Ávila Auténtica machacó el aro rival. La buena actuación del catalán, como la del francés Diagné, rumbo a Italia, les ha llevado a otros retos. Sin embargo no lo considera un problema José Antonio Sánchez, dispuesto a buscar otras opciones aunque con la misma filosofía de juego con el que dotó al equipo de una identidad clara en su primera temporada. «El equipo tendrá unas características similares. Vamos a tener jugadores capaces de tomar el relevo de los que se fueron. No habrá muchos cambios en cuanto al diseño y la filosofía». Un equipo «joven, con un juego alegre, de presión alta y que no especulaba». Es la idea con la que llegó en su primera temporada al CUMCarlos Sastre, es la idea con la que enganchó a la afición, con la que se ganó el derecho a unos playoffs que el COVIDno permitió disputar y con la que se volverá a plantar sobre el parqué en la 2020-21.

Una idea de continuidad a todos los niveles –entrenador y jugadores– que para el entrenador madrileño debería aportar un plus respecto al año pasado. «El año pasado comenzamos con un hándicap. Teníamos que hacer un equipo nuevo en un tiempo exprés. Fue un proyecto hecho a la carrera» recuerda José Antonio Sánchez. «Este año hemos tenido tiempo». Tiempo para ver, analizar y valorar nuevas incorporaciones pero también «para reconocer el trabajo realizado el año pasado por el equipo», lo que ha permitido remangarse en la continuidad de algunas de sus piezas. «Volvernos a juntar sólo puede ayudar a sumar» pone en valor el entrenador madrileño no sólo en relación al vestuario sino a las personas que forman parte del club, la parte directiva.

Celebra su renovación un entrenador «ilusionado con volver a coger al equipo de nuevo» y que va descontando los días hasta el inicio de la competición. No pierde el tiempo. «Quizás es el mejor momento para trabajar otras cosas». Nunca para de aprender un técnico que disfruta de su trabajo.

«Este año queremos celebrar lo que teníamos en la mano»

Todas las partes finalizaron la 2019-2020 contentas con el trabajo realizado pero con un fuerte sabor amargo por la cancelación de un curso en el que el equipo parecía llegar lanzado a los playoffs de ascenso a LEBPlata. Y no se olvida fácilmente. La sensación de que el equipo se los había merecido era compartida fuera y dentro del club. Por ello el objetivo que de inicio ya se marca José Antonio Sánchez es «al menos, repetir un año igual que el pasado y poder celebrar lo que teníamos en la mano, que eran los playoffs de ascenso. Tengo ganas de ver a este equipo disputando una fase de ascenso» señala el madrileño. Y es que el COVID alcanzó a los verderones en clara ascensión, con la segunda posición en sus manos y una madurez en su juego en el que había sido, curiosamente la clave, la derrota ante Carbajosa. El equipo aprendió de ella.