Se marchó David Mangas del Óbila Club de Basket hace tres años con ganas de seguir creciendo. Desde entonces lo ha hecho. Comenzó en Basket Navarra (2017-18) y continuó en Cantabria (2018-19), donde seguirá un curso más después de que el club anunciara la pasada semana la renovación del abulense al frente de un proyecto que cambia su piel. Porque el club de Santander se traslada a Torrelavega. El Pabellón Vicente Trueba, donde el Caja de Ávila Casa Social Católica conquistó la Copa de la Reina de Voleibol hace 25 años será, a partir de ahora, la nueva casa de un club en el que Mangas ha encontrado un sitio para seguir «creciendo» rodeado de «gente que tiene ganas de hacer crecer el baloncesto aquí, en Cantabria. En mi caso trataré de poner mi granito de arena».
Crecer, dar pasos adelante y seguir formándose como entrenador son algunos de los aspectos a los que alude uno de los entrenadores cuya labor le ha convertido en uno de los más reconocidos en la LEBPlata. «En todos los sitios donde estás aprendes algo. Ayuda ver otro tipo de baloncesto. Tratas de rodearte de la gente que más sepa de este deporte, que es lo que te va a hacer crecer. Al final cuando pasan los años lo que te queda es el bagaje a nivel humano».
No fue la 2019-2020 una temporada sencilla. No sólo fue el parón en un momento en el que estaban inmersos en la pelea de la segunda fase, «acoplando jugadores nuevos y con ganas de esperar a lo mejor de la temporada», fueron también temas internos. «Hubo una ruptura en la directiva» con la salida del anterior presidente junto con varios directivos. «Se ha quedado gente nueva que ya entró hace unos años y tienen ilusión por tener al equipo lo más arriba posible». No cabe duda que «al final son los resultados los que mandan» pero la campaña se presenta con ilusiones renovadas por crear «un proyecto bonito de aquí a unos años» desde una nueva ciudad, Torrelavega, «con historia de baloncesto» de manos del Lobos Cantabria.
Tiene ilusión por lo que está por llegar ante una temporada en la que nadie sabe realmente a día de hoy si se podrá jugar. «Como en todos los aspecto de la vida, nadie sabe nada» aunque llama la atención en el hecho de que «no se puede hacer deporte colectivo pero sí otras cosas bastante más dañinas. Vamos a ver si de aquí a septiembre la Federación dictamina un protocolo, que es lo que todos estamos esperando, para saber si es viable llevarlo a cabo o no». La incertidumbre y la falta de certezas inundan estos días todos los deportes. «Ahora mismo soy escéptico en cuanto a que categorías como la LEBPlata se puedan llevar a cabo, pero nosotros estamos trabajando como si el día 1 de septiembre fuéramos a empezar».
Como ocurre en el fútbol, ocurre en el baloncesto. «Hay mucha gente que depende del deporte que llaman no profesional. Para mi cualquiera que se dedica y vive de ello son igual de profesionales que los que el Gobierno denomina profesionales» pone en evidencia el técnico abulense. «Estamos un poco olvidados. Hay mucha gente que desde marzo, desde el estado de alarma, no han podido percibir su sustento y estamos a mediados de agosto esperando empezar y nadie sabe lo que nos espera».
Siempre con una mirada desde la distancia al Óbila
Era el verano de 2017 y Mangas anunciaba su marcha del Óbila CB. Un momento complicado para todos. Para el técnico por la salida de un club en el que llevaba toda su vida, desde jugador a primer entrenador.Para el club por la marcha de su mejor activo. Han pasado los años y David Mangas sigue creciendo desde otros banquillos y proyectos aunque siempre con una mirada al que será el club de toda su vida, el Óbila. «El año pasado le vi muy bien. Cuando acabó la temporada estaba en su mejor momento» valora el técnico, para el que el curso acabó «con ese sabor amargo de saber que podían haber llegado al final» comenta por el posible ascenso. «Este año tocará reinventarse» anticipa un entrenador que sabe a la perfección lo que es eso, como sabe que «hay que estar agradecido a los que están ahí para que el club siga adelante».