Ricardo Guerra Sancho

Desde mi torre mudéjar

Ricardo Guerra Sancho


Mis queridos Reyes Magos de Oriente…

05/01/2022

La verdad es que estos días rejuvenezco y me siento como un niño para hablar de mis queridos Reyes Magos de Oriente, porque es lo que siento, aunque podríais ser de cualquier parte del universo, sin mirar el origen, sino el profundo significado de estos personajes. Este año incluso con mayor intensidad, porque estas circunstancias que tenemos ablandan los sentimientos y nos hacen, aún más, como niños.
Lo cierto es que se me amontonan en la mente tantas cosas que he pensado pediros, de una forma muy especial por las necesidades de esta humanidad toda, y casi ninguna cosa para mí, que no me puedo quejar y hay otras necesidades, y no materiales, que también. Y mientras algunos están pesarosos por que los juguetes de moda se agotan en muchos sitios, otros están mirando con mucho cuidado cómo llegar a lo imprescindible. Cosas de esta sociedad que hemos creados, entre todos, pero unos más que otros, como casi siempre en estos asuntos.
Pero no adelantemos las peticiones, y perdonen que hoy escriba estas líneas en primera persona, tanto de sentimientos como de deseos. Porque este relato de hoy, que yo no quería repetir, como todos los años, es obligado por las fechas, pero unos pensamientos me llevaron al convencimiento que repetir cosas que nos puedan hacer pensar, nunca está de más, y al contrario, son momentos en los que podeos dar rienda suelta a muchos de nuestros sentimientos más escondidos o casi olvidados.
Ya saben, porque lo he manifestado con insistencia, que soy un empedernido belenista. No, no como realizador, que ya me gustaría saber emplearme en esos menesteres, sino en admirar las obras de belenistas reconocidos y premiados, amigos todos por afinidad. Y estaba yo en esas de volver a ver ese gran Belén Parroquial instalado en la iglesia-museo del templo de El Salvador. 
Me encontraba admirando de nuevo esa preciosidad, cuando entre escena y escena, todas agrupadas en un entorno mágico, se mezclaba un paisaje urbano típico y tradicional de mi ciudad histórica, con un entorno montañoso, lleno de senderos y recovecos. Cómo en tan poco espacio físico se pueden encajar tantas escenas, algunas distantes en el "tempo histórico", y no sólo eso, sino al significado del relato en el que podemos ver al personaje principal, el Niño Jesús, rodeado de numerosísimas escenas complementarias del relato bíblico, y aún de la tradición conservada de generación en generación, desde que una Noche Buena del s. XIII el propio San Francisco tuvo la feliz idea de recrear estos misterios primeros de la Encarnación del Señor. Y así, junto al misterio del portal encontramos a los pastores que al lado se les presentaba el ángel para darlos la buena nueva, y los Reyes en su comitiva y que momento después están delante de Él en la adoración al Niño. O la escena de la Anunciación en ese pueblo que es como el nuestro. O el sueño de San José, ahí tendido al lado, en un recoveco del paisaje. O en la matanza de los inocentes que siguió después por las órdenes de un Herodes temeroso de perder el poder y las riquezas. O la huida a Egipto… todo un relato de tiempo distanciado, en un momento y en una visión que recrea todo un acontecimiento y que, en nuestra cultura, y no en otras, nos gusta recrear y rememorar. No amigos míos, no es sólo una recreación, porque sigue teniendo vigencia.
Claro, y al hilo de esta cuestión, mientras miraba con fijeza aquellas figuras idealizadas de los tres Reyes Magos de Oriente, como queriendo representar al mundo conocido de entonces, pero que no siempre fueron tres, pues me venían a la mente las peticiones que yo les quería hacer este año. Y la primera era recuperar la salud general, que esta pandemia pase al pasado y recuperemos nuestra vida, como antes, si puede ser, aunque ya nunca nada será igual. Pero seguramente que también hemos aprendido. Y después todo lo demás, también importante, esa economía y carestía, que son el día a día. Esos sentimientos y valores que están por encima de lo material y que nos vendrán muy bien recuperar para no perder las formas…