Ávila se despereza contra viento (mucho) y marea

M.M.G.
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La capital recibió con un día muy ventoso pero con los brazos abiertos a los turistas que este sábado aprovecharon elprimer día de libertad de movimientos entre provincias y la apertura de monumentos para disfrutar de la ciudad

Ávila se despereza contra viento (mucho) y marea

Eran ya muchas las semanas que las calles del casco histórico de Ávila los echaba de menos. En esos días, ninguna cámara de foto. Ningún rostro despistado mapa en mano. Ningún selfie robado frente a la Muralla. El cierre perimetral entre provincias decretado por la Junta de Castilla y León para tratar de frenar la terrible pandemia que asola el mundo hizo que ellos, los turistas, no pudieran recorrer nuestra ciudad para disfrutar de sus encantados.

Pero este sábado Ávila se deseperezaba de un letargo que se ha hecho muy largo. Y en su primer día de desconfinamiento regional recibía con los brazos abiertos, aunque con un día de mucho viento, a los primeros que quisieron aprovechar esa libertad de movimientos para retomar buenas costumbres, como el es ‘turistear’ por la ciudad de la Muralla y de Santa Teresa.

Precisamente fue la Muralla de Ávila una de las que primero notaron que algo había cambiado. Aunque sin llegar a recibir grupos muy numerosos, ni tener que presenciar las colas que en otras ocasiones se forman para acceder al primer monumento de la ciudad, la Muralla de Ávila recibía a sus primeros visitantes desde hacía mucho tiempo.

Allí nos encontramos, por ejemplo, con Loreto, una simpática niña segoviana que ejercía de guía para sus dos hermanas y sus padres. «Es que ésta es la tercera vez que viene», nos decía el padre de familia, que contaba a Diario de Ávila cómo no habían querido dejar pasar ni un día para disfrutar de Castilla y León en familia. «La verdad es que no sabíamos que la Muralla había estado cerrada durante este tiempo», reconocía antes de que su esposa nos asegurara que su plan era comer en alguna terraza, a ser posible, protegida del frío y del viento.

Y es que ayer, como decíamos y como seguramente notaron ustedes si es que salieron a la calle, las fuertes rachas de viento fueron protagonistas del día. Las notaron también los jóvenes estudiantes que nos encontramos justo antes de acceder a la Muralla y que, aunque originarios de Estados Unidos y Costa Rica, llegaban desde Salamanca para conocer Ávila. «Somos estudiantes», confirmaban algo que su juventud ya nos hacía sospechar. «Y hemos aprovechado que por fin podemos viajar», nos decían con una sonrisa en los labios.

También sonreía Leo, un pequeño abulense de cuatro años que, nos contaba su madre, había echado mucho de menos subir a la Muralla. Así que sin dudarlo un segundo, quisieron regalarle al peque el gran placer de pasear por el adarve.

Abulenses, zamoranos, segovianos, salmantinos.... Ayer, claro, fueron ellos los que disfrutaron de Ávila y los que, esperemos, puedan seguir haciéndolo estas próximas semanas, a la espera de que el resto de comunidades autónomas puedan unirse también ala fiesta abulense.