La hostelería abulense no encuentra camareros

Mayte Rodríguez
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Con la recuperación de la actividad está aflorando un problema anterior a la pandemia que ahora se acrecienta, según el presidente de la Federación de Hostelería de CEOE Ávila, Fernando Alfayate

Un trabajador de la hostelería en Ávila. - Foto: Isabel Garcí­a

 Mes y medio después de que decayera el estado de alarma y finalizaran las restricciones a la movilidad que imponían los cierres perimetrales, los turistas han vuelto a Ávila, a visitar sus monumentos, a pasear por sus calles y a consumir en los establecimientos de hostelería, muchos de los cuales echaban en falta lo que el turismo aporta a sus cuentas de resultados, que en algunos casos es notable. Sin embargo, en este mes largo los propietarios de los locales se están encontrando con dificultades a la hora de contratar mano de obra que cubra la demanda creciente de clientela, sobre todo los fines de semana. «No es un problema nuevo, antes de la pandemia ya nos pasaba, pero se ha acrecentado a raíz de la crisis sanitaria», explica a esta Redacción Fernando Alfayate, presidente de la Federación de Hostelería de CEOE Ávila.

En el establecimiento que él regenta, por ejemplo, están trabajando cuatro personas pese a que los fines de semana lo ideal sería que fueran seis, cifra a la que no consiguen llegar porque de momento no hay quien acepte sus ofertas de empleo. «Nos estamos encontrando gente que, pese a no tener trabajo, no quiere ser contratada en hostelería, principalmente camareros, aunque también ocurre en cocina, pero en menor medida», apunta.

En la Federación de Hostelería atribuyen esta situación a que su oficio está «cada vez más denostado» a pesar de que «los sueldos son más altos que en otros oficios» y que las jornadas laborales «ya no son de catorce o quince horas como eran antes», advierte Alfayate. Detrás de la escasez de camareros dispuestos a trabajar el presidente de la Federación de Hostelería de Ávila detecta la «falta de compromiso de la gente joven con el oficio», señala. «Sólo por tener que trabajar los fines de semana y los festivos ni se plantean aceptar estas ofertas de empleo aunque estén en el paro», lamenta. Esta situación no solamente se da en la capital abulense, también alcanza a los pueblos de la provincia, donde incluso cuesta todavía más porque hay menos población a la que recurrir para ofrecer contratos.

Ante la acuciante necesidad de mano de obra en los bares, restaurantes y cafeterías de Ávila y su provincia, la Federación de Hostelería ha optado por colaborar con los programas de empleo de Cruz Roja y de Cáritas. De hecho, con la primera están a punto de firmar un convenio de colaboración. «Las personas que están en riesgo de exclusión social son casi las únicas que están dispuestas a trabajar en ésto, así que vamos a tratar de crear una bolsa de empleo de la que podamos tirar para cubrir las vacantes que vamos teniendo, aunque para eso primero hay que formar a esas personas en el oficio, formación que realizaría Cruz Roja, y después los establecimientos ofreceríamos prácticas previas a la contratación», adelanta Fernando Alfayate, que valora la labor que en este sentido están llevando a cabo ambas entidades para fomentar la empleabilidad de personas necesitadas de puestos de trabajo que el sector ofrece.