Un partido sin gol

M. Lumbreras
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El Real Ávila empató a cero ante el Carabanchel en un partido en el que los locales buscaron marcar sin éxito la mayor parte del encuentro

Un partido sin gol - Foto: David Castro

El Real Ávila continúa sin alcanzar la victoria en esta pretemporada. El encuentro que enfrentó este sábado al conjunto local con el R. C. D. Carabanchel acabó en empate a cero pese a que el Ávila buscó el gol la mayor parte del encuentro.

El principal defecto que evidenció el equipo abulense fue la falta de gol. El Ávila dominó el encuentro desde el minuto uno. Los de Jonathan Prado ejercieron una fuerte presión en el centro del campo que les dio oportunidades y que encerró al Carabanchel en su mitad del campo.

La primera jugada de peligro real llegó en el minuto 10. Los de Ávila intentaron penetrar en el área rival, forzando una falta peligrosa en su frontal. Rubén Ramiro intentó buscar el gol, pero el balón acabó en los cielos de Sanct spiritu.

A lo largo de la primera parte se sucedieron las ocasiones para los abulenses. La fuerte presión ejercida en el medio campo y la apertura del esférico a las bandas propició varios aproximamientos al área rival, pero en ninguno de ellos estuvo cerca el gol. La presión fue, sin duda, el mayor acierto del Real Ávila, pero a la hora de rematar las jugadas el equipo adolecía de falta de ideas y de una excesiva prisa en encontrar el gol. Los nervios le jugaron una mala pasada al conjunto de Prado.

Probablemente, la mejor ocasión que tuvo el conjunto abulense llegó en el minuto 16. Gato recibió el balón a pocos metros del área rival y, tras un bonito regate mediante el que se zafó de dos rivales, lanzó a puerta. El disparo rozó el poste izquierdo de Molina.

Sin embargo, los nervios parecían no dejar pensar a los locales. En los últimos instantes del primer tiempo, los locales cometieron una falta innecesaria (la jugada del Carabanchel tenía peligro, pero la defensa estaba organizada) en plena frontal del área. El disparo se perdió en la grada por pocos metros.

En este sentido, cabe destacar las prisas de los de Ávila en el área rival. Cada vez que el equipo de la capital conseguía una ocasión peligrosa, la resolvía con un chute apresurado que no alcanzaba a asustar al portero Molina o con un centro que no encontraba rematador. De los corners se puede decir lo mismo: prácticamente ninguno encontró alguien que empujará el balón a la puerta.

En la segunda parte, la presión del Ávila disminuyó y el Carabanchel pudo respirar un poco. Sin embargo, el Ávila continúo dominando, pero con los mismos problemas que en la primera parte: nunca había nadie que se acercara al gol. La mejor ocasión llegó en el minuto 27, cuando James lanzó un balón que dejó el larguero rival temblando.

El parido tuvo varias ocasiones y algún que otro encontronazo (hubo varias amarillas), pero terminó tranquilo y como había empezado: con el marcador a cero. Si el Real Ávila quiere prosperar en la futura temporada, debe solucionar el problema con el gol. De nada sirve tener varias ocasiones, si nunca se rematan.