En los campos de regadío de La Moraña acaba de empezar una de las épocas de mayor actividad. Desde ahora y hasta el 15 de mayo es momento de sembrar patatas, maíz, zanahorias y una parte de la remolacha, lo que representa buena parte de la superficie que cultivan los agricultores que forman parte de la Comunidad de Regantes Río Adaja.
Esta campaña de siembra de primavera llega con la expectativas altas después de que la tremenda sequía del año pasado dejara un resultado desastroso, inédito en lo negativo desde que empezó a funcionar el regadío de Las Cogotas. «El año anterior fue muy malo, así que en esta campaña tenemos que recuperar esas pérdidas», nos cuenta Juan José Rodríguez, presidente de la Comunidad de Regantes del Río Adaja. Y para que eso suceda, «este año tendría que ser, como mínimo, un año normal», revela.
Por el momento, el pantano tiene una cantidad de agua más que aceptable, pero la última vez que la Comunidad de Regantes del Río Adaja se reunión con la Confederación Hidrográfica del Duero fue el 12 de marzo y en esa fecha el embalse de Las Cogotas acumulaba 33 hectómetros cúbicos, por lo que «nos asignaron para riego 3.300 metros cúbicos por hectárea y con esa cantidad podemos sembrar poco más de la mitad» de la superficie disponible, que en total son 6.500 hectáreas.
Sin embargo, la nieve y la lluvia caída en las tres semanas transcurridas desde entonces han permitido que el caudal acumulado en el pantano supere los 40 hectómetros cúbicos, por lo que la previsión es que a los regantes del Adaja se les autorice una mayor cantidad de agua para riego. «A finales de abril hemos quedado en volver a reunirnos con la Confederación» y será entonces cuando sepan a ciencia cierta de cuánta agua disponen para regar sus campos. No obstante, los regantes son optimistas. «A día de hoy, con el agua que hay en el pantano, tendremos para poder sembrar dos terceras partes de nuestra explotación, que ya sería el doble de lo que tuvimos el año pasado, pero creemos que todavía puede llenarse algo más, confiamos en que siga lloviendo, Las Cogotas acabe de llenarse y podamos tener un año normal, aunque es verdad que todavía no lo tenemos garantizado», admite.
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