Carlos I promocionó a Ávila en Fitur

D.C
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La Red de Rutas Carlos V presentó en dos stands el itinerario que llevó al emperador a su retiro en Yuste, viaje en el que hizo paradas en Horcajo de las Torres y El Barco de Ávila

Carlos I promocionó a Ávila en Fitur

Ávila, provincia llena de valores turísticos singulares que conjugan un riquísimo patrimonio histórico, un medio ambiente limpio y muy variado y una gastronomía deliciosa y saludable, defendió en la Feria Internacional de Fitur que se celebró la pasada semana esos atractivos desde varios 'frentes', uno de los cuales, muy poco conocido, es el que significa recordar que por suelo abulense pasó a mediados del siglo XVI el emperador Carlos I de España y V de Alemania camino de su residencia última en el monasterio cacereño de Yuste.

En dos stands de Fitur, los de Tour España (en el apartado de Rutas Culturales de España) y de la Junta de Extremadura, se promocionó la Red de Rutas Carlos V ese itinerario regio que llevó al hombre más poderoso del planeta en el año de gracia de 1556 desde Laredo hasta el monasterio de Yuste (en Cáceres) pasando, entre otros lugares, por las localidades abulenses de Horcajo de las Torres y El Barco de Ávila.

Cansado y enfermo, consciente de que su fin estaba cerca, Carlos V (nieto de los Reyes Católicos) decidió en enero de 1556 abdicar en su hijo Felipe y retirarse de la vida pública en el monasterio de Yuste (Cáceres), lejos de los grandes focos de conflicto y poder que ya no le interesaban. Para llegar hasta allí desembarcó en Laredo (Cantabria) y realizó un largo viaje por tierras castellanas para, tras cruzar en silla de mano la Sierra de Gredos, arribar a Jarandilla de La Vera (Cáceres) donde permanecería en el Castillo de los Condes de Oropesa antes de su retiro definitivo en Yuste, donde murió en septiembre de 1558.

Entre los pueblos por los que pasó en ese postrer viaje, que son los que se promocionan en esa ruta, estuvieron Horcajo de las Torres –municipio morañego que se convirtió el pasado año en miembro de la Red de Rutas Españolas de Carlos V– y El Barco de Ávila.

En Horcajo de las Torres pernoctó el cansado emperador el 6 de noviembre de 1556 y en El Barco de Ávila lo hizo el martes 10 de noviembre. De este hecho histórico, acaecido cuando Carlos V ya se asomaba a su destino definitivo, cuenta el cronista barcense Juan de Solís que cuando llegó Carlos V a la villa del Tormes el duque de Alba se encontraba guerreando en Italia, por lo que no pudo hospedarse en el castillo y tuvo que hacerlo en la casa de la familia Gasca; estando en El Barco recibió el emperador unas colchas de plumas que le envió su hija desde Valladolid.

Al día siguiente partió el emperador hacia Tornavacas para, tras pernoctar en esa localidad –donde pescaron para él unas truchas que le sirvieron de cena–, partir directamente hacia Jarandilla atravesando la agreste sierra por el Puerto Nuevo (Collado de las Yeguas), desechando la idea inicial de ir por Plasencia utilizando mejores caminos. 

Ese osado viaje por la montaña, durante el que se afirma que Carlos V afirmó de forma lapidaria que «ya no franquearé otro puerto en mi vida sino el de la muerte», quedó durante mucho tiempo en el olvido, hasta que en el año 1984, tras una atinada investigación documental y a pie de campo, el camino fue redescubierto y popularizado por los célebres montañeros abulense Aurelio Delgado y Alberto Muñoz, convirtiéndose en una travesía de montaña de enorme belleza y atractivo, no exenta de dureza, bautizada muy acertadamente como 'Ruta del emperador'.