Aplausos virtuales al son de la 'Marcha Radetzky'

J.M.M.
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Las abulenses Carolina Ares Ruiz y Bárbara González Garrido fueron unas de las 7.000 personas en todo el mundo que pudieron acompañar con su imagen al Concierto de Año Nuevo de Viena

Aplausos virtuales al son de la ‘Marcha Radetzky’

Ávila se coló de una manera testimonial en el tradicional Concierto de Año Nuevo de Viena, el más célebre de los conciertos protagonizado por los alegres ritmos de los valses y polcas de la dinastía Strauss, pero que esta vez se vio marcado por una sala vacía y silenciosa por la pandemia de coronavirus que empañó algo su mensaje de esperanza y optimismo.

Riccardo Muti dirigió, por sexta vez, un Concierto de Año Nuevo en Viena como ningún otro: con una desangelada Sala Dorada del Musikverein y aplausos telemáticos. Esos aplausos telemáticos estuvieron protagonizados por 7.000 personas de todo el mundo por medio de una aplicación, y entre esos espectadores que cobraron protagonismo con sus aplausos virtuales estuvieron dos abulenses, Carolina Ares Ruiz y Bárbara González Garrido.

Según explica Carolina Ares, tuvieron conocimiento de esta iniciativa a través de las redes sociales, donde a través de un enlace te redireccionaban hasta la página web de la Filarmónica de Viena donde había un pequeño formulario al que enviabas tu fotografía aplaudiendo e indicando la ciudad y el país desde la que se enviaba. La foto que mandaron, y que fue una de las 7.000 seleccionadas, la tomaron precisamente durante del concierto de Año Nuevo del año pasado, que siguieron desde su casa, y fue la penúltima vez que se pudieron ver estas dos amigas en todo el año.

Al final de cada bloque esos aplausos virtuales dieron algo de calor al acto, y de hecho en la retransmisión se destacó esa presencia de espectadores abulenses, y su imagen fue una de las destacadas apareciendo en varios momentos del concierto. De igual modo, y justo antes del momento más esperado de todo el concierto, con la interpretación de los vises del ‘Danubio Azul’ y la ‘Marcha Radetzky’, la última imagen que se mostró de esos aplausos virtuales fue la de estas dos jóvenes abulenses, que contribuyeron a poner un poco de calor a una edición marcada por ese vacío y ese silencio de la sala, que con un auditorio ausente y unos primeros planos de un patio de butacas fantasmal resultaron sobrecogedores.

En cualquier caso, la ligereza y el vitalismo de los vals, polcas y mazurcas de los Strauss y sus contemporáneos se colaron en las casas de millones de personas en más de 90 países gracias a la televisión y la radio, que convirtieron el recital en un acontecimiento mundial, en el que Ávila tuvo también esa pequeña cuota de protagonismo gracias a estas dos abulenses.