La vuelta al cole más rara de todas

M.M.G.
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El regreso a las aulas de los alumnos de Educación Infantil Y Primaria estuvo marcado por las mascarillas, los accesos controlados a las instalaciones y el incremento de líneas educativas para garantizar la distancia de seguridad en las aulas

La vuelta al cole más rara de todas - Foto: David Castro

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Vuelta al cole

El primer día de curso siempre es especial. Siempre hay nervios. Siempre hay incertidumbre. Siempre hay emoción. Y este miércoles, primer día de clase para los cerca de 13.000 alumnos de Educación Infantil y Educación Primaria de Ávila, hubo de todo eso pero multiplicado o por dos. O por tres, incluso. 

Porque el de este miércoles no era un primer día de curso cualquiera. Era el primer día de curso después de seis meses sin pisar las aulas. Sin ver a los compañeros y los profesores. Después de varios meses de encierro en casa, clases on line y de un verano muy extraño.

Por eso este primer día de curso será recordado por todos los miembros de la comunidad educativa como el primer día de colegio de las mascarillas, de la distancia de seguridad, de los geles hidroalcohólicos... En definitiva, el primer día de colegio de la era coronavirus.

Pero ni siquiera el coronavirus, con todo lo que conlleva, robó ayer la alegría de la vuelta al clase. De hecho, puede que incluso la aumentara, aunque ésta estuviera en muchos casos contenida. Eran tantas las ganas de casi todos de retomar la rutina que la esperanza pudo con una situación marcada en todos los centros educativos de la provincia por la nueva organización a todos los niveles.

Sólo entre los más pequeños, los alumnos de Educación Infantil, se escapó alguna lágrima. Ocurre siempre. Y este año, no iba a ser menos entre niños que, como novedad, estarán en las denominadas ‘clases burbuja’: grupos en los que únicamente tendrán contacto con los niños de su clase.

Es una de las principales novedades del nuevo curso. Como también lo es la forma de acceder los colegios. En todos los centros abulenses, la entrada a las instalaciones estuvo este   iércoles súper organizada. Se trataba de ayudar a mantener la distancia de seguridad y de evitar aglomeraciones. Y lo cierto es que gracias al trabajo realizado por los equipos directivos y a la colaboración de alumnos, padres y profesores, el acceso y salida de los colegios se realizó sin complicaciones. «La verdad es que salgo como rara, porque no he podido ni saludar a otros padres», nos contaba Teresa, madre de dos alumnos del Juan de Yepes. «Nos han ampliado el margen de tiempo de entrada, se entra por tres puertas distintas y nos han dicho que no nos arremolinemos en las aceras, porque al patio no podemos entrar», resumía muy gráficamente la organización marcada en este centro público.

En el colegio El Pradillo, los niños conocían de antemano sus clases y las puertas por las que tenían que acceder. En este colegio, como en tantos otros (el Milagrosa Las Nieves, el Juan de Yepes o el Pablo VI, por citar sólo tres ejemplos), también se han habilitado nuevos accesos para que tanto ayer como el resto del curso, los niños se dispersen a la hora de entrar a clase, limitando las posibles (y habituales, por otra parte) aglomeraciones a la hora de entrar y salir al patio.

Así que todos conocedores de por dónde debían acceder y dónde debían colocarse una vez dentro, los niños fueron entrando poco a poco y escalonados (porque la hora de entrada escalonada será otra de las medidas que se tomen este año para evitar precisamente eso, aglomeraciones) a sus colegios.

Saludos en la distancia, miradas nerviosas, sonrisas escondidas en mascarillas de mil colores y diseños se repitieron aquí y allí en todos los centros.

Como se repitieron los corrillos (siempre en la distancia y siempre con las mascarillas como elemento protector) entre los padres. También nerviosos, también ilusionados y ellos, además, preocupados ante la posibilidad de que comiencen a surgir casos positivos. Algo que, por cierto, todos parecen tener asumido como algo que va a ocurrir. La pregunta era en muchas de esas charlas: ¿Ocurrirá más pronto que tarde?

En esas conversaciones se habló también mucho de otra de las principales novedades de este curso: el hecho de que, para garantizar la distancia de seguridad en las aulas, los colegios han debido abrir una nueva línea en casi todos los niveles, para poder cumplir con las directrices marcadas por la Dirección Provincial de Educación. 

Un hecho, por cierto, que no todos los padres conocieron al mismo tiempo. Colegios como El Pradillo o el Santa Teresa informaron de este dato hace días, enviando incluso a los padres la nueva clase en la que estarían sus hijos. Otros, como en Asunción de Nuestra Señora, informó al respecto un día antes, compartiendo también la clase de todos los niños. Y algunos alumnos, como los del Milagrosa Las Nieves, supieron que se desdoblarían las clases la noche del martes, aunque tuvieron que esperar al mismo miércoles para conocer la clase en la que estarán este curso. «Se ha informado de todo tarde y mal», nos decía Ana, madre de tres alumnos del Milagrosa Las Nieves que no se refería a su centro educativo, sino a la labor desarrollada durante los meses de verano por el Ministerio de Educación y la Junta de Castilla y León. «No se han puesto a ello hasta mediados de agosto», criticaba con el consenso de los que escuchaban sus palabras.

Pero lo que sí fue común en todos los colegios fueron los ánimos de los profesores, contentos ellos también por volver a las clases. «Ya teníamos ganas», nos decía por ejemplo Rodrigo, profe de tercero de Primaria que fue dando la bienvenida a cada uno de sus alumnos con una sonrisa en los labios (escondida ésta tras las mascarilla) pero también en los ojos. 

toma de contacto. Ahora, una vez superado el primer día, los alumnos abulenses dedicarán los primeros compases del curso a familiarizarse con la nueva situación.

Por ejemplo, en el colegio Pablo VI nos cuenta Eduardo, padre de dos alumnos de Primaria, que «en esta primera semana de clase los chicos no van a dar contenidos, sino que la van a dedicar a trabajar la inteligencia emocional, los valores, las medidas sanitarias y harán tareas de forma individualizada».

Algo que se va a repetir en prácticamente todos los colegios en los que, además, trabajarán con los niños la nueva movilidad dentro de  las aulas y los pasillos; los horarios de higiene de manos; o la forma de acceder al patio en los recreos. Todo sea por el buen desarrollo del curso.