«Más que una vocación, la escritura es algo inherente en mí»

M.M.G.
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Nuestras Conversaciones en el Lienzo Norte nos llevan hoy a hablar de literatura y medicina a partes iguales. Clara Martín Muñoz, médico de profesión, acaba de publicar su primera novela, 'Varios disparates y un capricho'

«Más que una vocación, la escritura es algo inherente en mí»

Detrás de los serenos ojos azules de nuestra protagonista de hoy hay un mundo infinito. Y resulta asombroso descubrirlo cuando se charla con ella.Su voz pausada y sus gestos dulces esconden un torbellino de actividad que va de la medicina a la literatura como si nada. Como si ser buena en dos ámbitos tan diferentes fuera algo al alcance de la mano de todos. Nada más lejos de la realidad.

Si el DNI de Clara Martín Muñoz (Ávila, 1977) tuviera que recoger su profesión, en él podríamos leer que es médico. Porque así es. Clara estudió la carrera en Salamanca y se especializó en Medicina Interna. Y ejerce la profesión dedicada, entre otros aspectos, a los programas de prevención del cáncer.

Pero ella no es sólo médico. Clara es también escritora y acaba de publicar ‘Varios disparates y un capricho (Editorial Atticus Revista), una potente novela que vuelve a demostrar que la literatura abulense está muy viva y que tiene mucho que decir.

Pero, ¿qué fue antes, la medicina o la literatura? Charlamos con Clara en el imponente hall del Lienzo Norte, con la Muralla a nuestras espaldas y con un tibio sol de marzo iluminando la sala. «La verdad es que de pequeña quería ser pintora, escritora y misionera», sonríe Clara al recordar a la pequeña que fue, una niña, dice «muy alegre, siempre riendo, bailando, saltando, pintando... Muy creativa».

Y quizá fue esa faceta misionera, que la impulsaba a ayudar a los demás, sumada al hecho de que su padre era médico internista, lo que la impulsó finalmente a estudiar a formarse como doctora. «Yo creía que la salud era importante y veía en la medicina la forma de ayudar a los demás», abunda en los orígenes de una especialidad, la de Medicina Interna, que le gusta mucho. «Porque es una especialidad que tiene en cuenta al individuo en su totalidad y que además es muy versátil. Valemos para todo», vuelve a sonreír Clara, que en cualquier caso tarda poco en volver a hablar de literatura, su otra gran pasión.

En su caso, apunta, no se puede usar la palabra vocación para referirse a esta faceta de su vida. «Es que más que una vocación, la literatura es algo inherente en mí.Es que soy yo», se emociona al hablar de una actividad que practica desde muy pequeña. «Escribía cuentos, poesía, incluso alguna novela», nos descubre Clara, que avanza en el tiempo para traernos al presente a la chica de instituto que seguía leyendo a todas horas y que disfrutaba con el Latín o con la pintura.

¿Qué es lo primero que le viene a la cabeza sobre Ávila?

¡Qué maravilla! Es lo que decía mi abuela cuando veía la Muralla, o el valle y la sierra nevados. Eso, Ávila es una maravilla. 

¿Qué es lo que más le gusta de Ávila?

Tantas cosas...Su gente, su historia, el arte, la arquitectura, la cultura, el paisaje fusionado con el carácter de las personas y la ciudad. La luz. Y que sigue siendo una ciudad pequeña en la que se puede vivir con calma, sin las prisas ni el tiempo empleado en desplazamientos que existe en otras ciudades. También que el campo es continuación de la ciudad, no tienes que irte lejos para ver naturaleza. 

¿Y lo que menos?

Cierta inacción y conformismo. Y que a pesar de que los abulenses estamos muy orgullosos de serlo, no sabemos valorar en ocasiones todo lo que somos y tenemos.  

Un lugar para perderse…

El Monasterio de Santo Tomás, sus claustros (de hecho, de niña me perdí en el monasterio alguna vez, jajaja). La Catedral y la calle de la Cruz vieja. 

Un recuerdo de la infancia…

El día de La Santa con toda la familia viendo la procesión y luego comer en casa de mis abuelos. 

Un personaje abulense que le haya marcado.

Los que más, los anónimos: mis padres, mis abuelos, mi familia. Un personaje conocido: Teresa de Jesús, desde siempre la he querido y admirado. Es un referente de determinación, entusiasmo, fe, alegría, valentía y también literario. 

El mayor cambio que necesita Ávila ...

Pasar a la acción, mejorar las comunicaciones terrestres (tren, autovía...). Creernos lo que valemos y luchar por mejorar la ciudad, reflorecer.  

Y Ávila tiene que mantener…

Su esencia, su valor, que es mucho. Y para mí, fundamental, que siga siendo una ciudad cómoda para vivir, sin que ello suponga instalarse en la comodidad. 

¿Qué le parece la ciudad hoy día?

Según como me levante... Pero me da mucha pena ver comercios y negocios cerrados, calles vacías, y que se pongan tantas trabas burocráticas y administrativas para cualquier iniciativa. Echo de menos las actividades culturales de las que nos ha privado la pandemia y las relaciones sociales, las cafeterías, el club de lectura de Librería Letras. La ciudad sigue siendo hermosa, la gente estupenda, y aunque hay muchas personas que luchan por ello nos falta en cierto modo ‘despertar’. 

¿Cómo ve Ávila en el futuro?

En tonos grises, con muchos matices...Prefiero no ser agorera, tampoco ilusa, pero me gusta tener esperanza. Hay que luchar por mejorar lo que se pueda y por mantener las cosas buenas que hay. Creo que hay mucha gente que puede aportar grandes mejoras a la ciudad.

¿Qué puede aportar a la provincia de Ávila?

Lo que cualquier otro abulense que ame Ávila. Con un trabajo silencioso y la lucha diaria. No tengo el poder de realizar grandes cambios, solo contribuir con lo que hago a que la ciudad camine hacia delante, mantenga lo bueno, e inculcar a mis hijos el valor de su ciudad y el cariño hacia ella. 

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