Definitivamente el año turístico se va a cerrar en Ávila, como en toda España, con muy malas cifras a tenor de los datos de Coyuntura Turística Hotelera que acaba de hacer públicos el Instituto Nacional de Estadística. Para hacernos una idea los viajeros y las pernoctaciones han caído de octubre a noviembre a la mitad y eso es sólo la punta del iceberg. Si en octubre llegaron a la capital abulense casi 8.700 viajeros que pernoctaron en más de 12.400; un mes después son solo 4.219 y 6.606 respectivamente.
Si ponemos en contraste lo ocurrido ese último mes que tiene contabilizado el INE con el mismo del año pasado, el varapalo también es muy importante ya que pasamos de más de 21.000 viajeros y 33.000 pernoctaciones a esos 4.219 viajeros y 6.606 estancias. En porcentaje las pérdidas se cifran en un 80% (al perder exactamente 16.868 viajeros y 26.415 pernoctaciones).
Como es lógico el turista español (y teniendo en cuenta las restricciones). con ser escaso. es el que salva el mes y más concretamente el de Castilla y León, que es el que tiene permiso para viajar a nuestra provincia. Con todo, entre el turista nacional se produce un retroceso del 79,4% en sus pernoctaciones (pasa de casi 29.500 a las poco más de 6.000) y del 78,4% en viajeros (de casi 18.600 a 4.015).
En el caso de los extranjeros se pierden en el camino el 85% de sus estancias y casi el 92% de los viajeros. El año pasado por esta época nos llegaron 2.491 turistas de fuera de España que pernoctaron en 3.566 ocasiones y ahora han sido 204 que estuvieron 535 noches. Nada que ver.
Ahora bien, lo que realmente preocupa es el transcurso de un año que está siendo pésimo y eso que no empezaba mal. Enero y febrero fueron mejores meses que sus respectivos de 2019, pero ya en marzo con la entrada del coronavirus y el estado de alarma todo se paró hasta julio que es cuando volvemos a tener datos del INE y claro aunque a la gente le apetecía salir había que respetar la situación trágica que vivíamos y aún vivimos. Desde entonces todos los meses han ido a peor y desde agosto, que fue el mes cumbre, han ido mermando las cifras cada mes. Por ejemplo las pernoctaciones en agosto eran más de 28.000, en septiembre no llegaban a 17.400, en octubre, poco más de 12.400 y ya en noviembre las escasas 6.606. Con los viajeros, más de lo mismo de 17.633 en agosto pasamos a 11.095 en septiembre a 8.698 en octubre y a 4.214 en noviembre.
El resultado final es que a falta de un mes para acabar el año y que desde luego no va a solucionar las pérdidas podemos decir que las pernoctaciones totales en estos 11 meses se reducen un 67,7% y pasan de 432.149 a 139.743 (-292.406). Las pernoctaciones nacionales retroceden el 65% y las extranjeras, el 82,5%. En cuanto a los viajeros más o menos se mueve en las mismas pérdidas. Los turistas que nos llegaron en 2019 fueron 289.153 se quedan en 91.251, esto es un 68,4% menos (-197.902). De nuevo las pérdidas españolas en torno al 65% y las extranjeras cercanas al 85%. En resumen, un desastre que afecta muy marcadamente a la oferta hotelera de nuestra ciudad como ya advirtieron desde Confae y que viene a confirmar el INE. Y es que si en noviembre de 2019 había abiertos 39 establecimientos que ponían a disposición 1.385 habitaciones y un total de 2.747 plazas. En noviembre de 2020 están abiertos 27 hoteles (12 menos) con 900 habitaciones y 1.812 plazas (485 y 935 menos respectivamente). Pese a reducirse la oferta, y con los escasos turistas que nos han llegado, la ocupación es también raquítica, por plazas hemos ‘llenado’ el 12% (27 puntos menos que el año pasado), en fin de semana esa ocupación cae a un 5,4% mientras que hace 12 meses era de casi el 60% y la ocupación por habitaciones pasa del 45% al 18,4%.
Por supuesto esto hace que de 354 trabajadores empleados en el sector pasemos a 143, el resto, los 211 más que había el año pasado es probable que estén en ERTE o que directamente se hayan quedado sin trabajar.
Por cierto que en España las pernoctaciones en establecimientos hoteleros disminuyeron en noviembre un 84,5% por lo que el 80% de caída de Ávila, con ser muy malo, es mejor que la media de retroceso en España.