"Ser embajador de la Marca Ejército es una responsabilidad"

Mayte Rodríguez
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Charlamos con Javier Guío, ingeniero informático y director de la Cátedra de Defensa Subintendente Vallespín de la UCAV

"Ser embajador de la Marca Ejército es una responsabilidad" - Foto: Ana I. Ramirez

Javier José Guío (Ávila, 1968 )acaba de ser distinguido como Embajador de la Marca Ejército, que se otorga a personas físicas comprometidas a mejorar la percepción, comprensión y conocimiento del Ejército de Tierra en la sociedad española en beneficio de su imagen y contribuyendo a una mayor difusión de la cultura de defensa. En esa labor lleva él empeñado ya muchos años, por lo que esta distinción supone «un motivo de orgullo, un honor y una responsabilidad», además de «un compromiso que asumo con gusto y humildad», confiesa.  «Hasta el momento, he desarrollado desde el anonimato labores en pro de la cultura de defensa de nuestra Historia, de nuestra cultura como nación y de las tradiciones de nuestro Ejército, pero a partir de ahora la presencia va a ser más pública y también formando parte de un equipo, que somos los  120 embajadores de la Marca Ejército que hemos sido nombrados por el jefe del Estado Mayor del Ejército, el general Francisco J. Varela Salas», añade. 

Si hace cuatro años nuestro protagonista se hizo cargo de la dirección de la entonces recién nacida Cátedra de Cultura de Defensa de la Universidad Católica de Ávila fue para  darle carta de oficialidad a una  inquietud con la que está plenamente comprometido y que, en sus propias palabras, lleva «en el ADN» por tradición familiar, pero también por convicción personal. «Mi padre era militar, algunos de mis tíos también, igual que un hermano mío y mi bisabuelo, tengo constancia de la presencia de militares en mi familia que han combatido en la Guerra de Cuba y en la Guerra de África, la tradición familiar es tanto por línea materna como paterna», explica. Y aunque la influencia de la tradición militar de su familia ha pesado mucho en su compromiso con el Ejército, es el ejemplo de su padre, Guillermo Guío Castaños, lo que más le ha motivado. 

¿Qué es lo primero que le viene a la cabeza sobre Ávila?

Las Murallas.

¿Qué es lo que más le gusta de Ávila?

Su gente, su tranquilidad.

¿Y lo que menos?

Cierta pasividad, poca inquietud en abordar proyectos.

Un lugar para perderse …

En el Palacio de Polentinos. 

Un recuerdo de la infancia...

Pasear por el Rastro en verano o cuando hace buen tiempo y escuchar el sonido de los vencejos. 

 ¿Un personaje o persona abulense que le haya marcado?

Mi padre, Guillermo Guío Castaños.

El mayor cambio que necesita Ávila es...

Un cambio de mentalidad para tener más iniciativa para abordar proyectos, soluciones y mejoras para la ciudad.

Y Ávila tiene que mantener ... 

La personalidad del abulense. Nos dicen que somos secos, un poco ariscos, pero somos buena gente. También la tranquilidad de pasear por sus calles, que todos nos conozcamos, ...

¿Qué le parece la ciudad hoy día?

El mejor sitio para vivir.

¿Cómo ve Ávila en el futuro?

Si realmente surgen iniciativas y logramos que haya cierta presencia de industrias y de actividad económica, me gustaría que creciera moderadamente, que no se convirtiera en algo muy grande.

¿Qué puede aportar a la ciudad?

A nivel personal, desde la Cátedra de Defensa Subintendente Vallespín y otras actividades personales estamos intentando atraer muchos recursos educativos. Estamos evaluando conciertos y actividades con otras instituciones nacionales e internacionales y eso creo que puede ser muy satisfactorio para la cultura en general y para la ciudad. 

 

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