«Crecí en un barrio humilde. Allí nació mi vínculo social»

M.M.G.
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Charlar con Miriam Duque, técnico del Programa de Acogida de Cáritas y responsable del dispensario de esta institución de la Iglesia, es siempre una delicia. Nos acercamos a ella para conocer más de cerca su persona y su trabajo.

«Crecí en un barrio humilde. Allí nació mi vínculo social»

Nos confiesa nuestra protagonista de hoy que se siente rara a la hora de hacer esta entrevista. Y no porque no esté acostumbrada a tratar con los medios de comunicación. Lo hace muy a menudo desde hace años dado su puesto como responsable del dispensario de Cáritas Diocesana de Ávila. 

Pero Miriam Duque (Madrid, 1983) dice que se siente como una intrusa en una sección en la que a priori piensa que sólo aparece gente de Ávila. Y ella, aunque quiere esta tierra y se encuentra muy a gusto en ella, es y ejerce de madrileña de pura cepa. De gata, vaya. Gata vallecana, para más señas, algo que lleva con orgullo y de lo que presume siempre que tiene ocasión.

Pero una vez que le explicamos que en estas Conversaciones en el Lienzo Norte tienen cabida todos aquellos que hacen más grande Ávila cada día y que la llevan en el corazón, como es su caso, se relaja y empieza nuestra charla.

Lo hace hablando de una infancia feliz y tranquila, en suVallecas del alma, muy apegada a su familia y, sobre todo, a sus abuelos.

«Yo me crié en un barrio muy humilde, obrero, luchador y reivindicativo», recuerda unos primeros años de vida que, a la vista de la labor que desarrolla ahora en Cáritas, la marcaron mucho.

«Estudié también en un instituto muy reivindicativo y ahí fue donde nació mi vinculación con el mundo social», prosigue hilvanando recuerdos que la llevan también a la parroquia de su barrio, la de San Pablo, donde desde jovencita comenzó a involucrarse con aquellos que tenían más dificultades, montando campamentos y actividades para ellos.

¿Qué es lo primero que se le viene a la cabeza sobre Ávila?

Su gran historia y su legado.

¿Qué es lo que más le gusta de Ávila?

Es una ciudad muy cómoda para vivir, y la mejor para tapear.

¿Y lo que menos?

Su pasividad para el cambio. Creo que a veces, tenemos que salir más a la calle y luchar por lo que queremos.

Un lugar de la ciudad para poder perderse.

Un paseo por sus céntricas calles imaginando como sería la vida de las familias medievales que vivieron aquí hace siglos.

Un recuerdo de su infancia.

Las tardes de paseo con mis abuelos.

Un personaje abulense que le haya marcado.

En los diez años que llevo aquí, mi hija es la abulense que más me ha marcado y la que me ha enseñado a disfrutar cada minuto de la vida. Pero también quiero mencionar a Ximena Blázquez, la mujer que salvó Ávila del asedio musulmán, y que siendo mujer en aquella época,demostró ser una mujer luchadora y valiente..

El mayor cambio que necesita Ávila es…

Generar más industria para que nuestros jóvenes tengan más oportunidades de poder quedarse en su ciudad y no tener que marcharse fuera.

Y tiene que mantener…

El carácter castellano, frío y cerrado al principio, pero fiel para siempre.

¿Cómo ve la ciudad en el futuro?

Con optimismo y con la esperanza de que cuando se acabe la pandemia, Ávila coja las todas fuerzas necesarias para crecer y llegar a ser la ciudad que todos los abulenses esperan.

¿Qué puede aportar a la ciudad?

Un cambio social que implique la mejora de las condiciones de vida de las personas que se encuentran en una situación difícil. 

res de la música a las personas sería algo muy bonito.

Lea la entrevista completa en la edición impresa.