Después de nueve ediciones, el IX Festival Internacional Ávila de Cuento sigue creciendo y atrayendo nuevos perfiles de público. Así lo revela el balance realizado este lunes por la organización coincidiendo con las últimas sesiones. Y una de las claves que han hecho de ésta «una edición diferente de las demás» es que «hemos tenido mucho público en adultos», mientras que las sesiones dirigidas a bebés han resultado «un poco más flojas que otros años, quizá por el buen tiempo», mientras que en el caso de las propuestas destinadas a «público familiar las cosas han ido muy bien», explicaba Héctor Urién, que admitía que estas últimas siguen siendo las más numerosas. En total, al festival han acudido este año «en torno a 1.800 personas valorando todas las sesiones, en Ávila y en Villamayor, con una media de unas 70 personas por sesión», detallaba Maísa Marbán.

No obstante, ambos organizadores inciden en que en esta ocasión en Ávila de Cuento «destaca el incremento en las sesiones de adultos». Para muestra, un botón: si el festival comenzó hace años programando propuestas de narración oral para mayores de 18 años a las que acudían «unos veinte espectadores, este año hemos tenido sesiones de 100 ó 110 espectadores», apuntaba Héctor Urién. Y entre el público adulto, un perfil variopinto en el que se ha visto a un mayor número de jóvenes que en anteriores ediciones del festival.

Otra de las señas de identidad de esta novena edición de Ávila de cuento ha sido la combinación artística que han ofrecido los distintos narradores. «Hemos tenido no solo narración oral, sino también el clown, la magia, ... una conjunción de artes que giran en torno a la palabra», recalca Maísa Marbán. De las sesiones para público familiar la organización subraya que ha resultado «un festival muy divertido» porque los asistentes «han salido a carcajada limpia de la mayoría de las sesiones», añade la organización.