El Real Ávila no está para playoffs

A.S.G.
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1
Real Ávila
3
Salamanca B
Finalizado
Primera derrota en el Adolfo Suárez de un Real Ávila que besó la lona ante un Salamanca B recién aterrizado de México pero mucho más contundente en el remate. Malas sensaciones entre los locales, a 8 puntos del cuarto

El Salamanca B aterrizó en el Adolfo Suárez directo de la T4, del calor de Cancún, de la playa y de un torneo caprichoso en México por orden de su dueño, el que pone la chequera y hace este proyecto posible. Ante eso no se rechista. Y pese a todo, pese a que muchos de sus jugadores pisaron el césped aún con el ‘jet lag’ en el cuerpo, se llevaron los tres puntos de un Adolfo Suárez que por primera vez veía a los suyos besar la lona. Lo hicieron porque les faltó juego, eficacia, mordiente, ritmo y calor en un encuentro que nunca alcanzó la velocidad ni la temperatura que necesitaba. Ni con el marcador a favor ni en contra. Y en contra se le pone el escenario a un equipo que llegaba de perder ante el Tordesillas y que necesitaba ganar por muchas cosas, empezando por recuperar la dinámica ganadora. Y aunque se resisten a mirar a la clasificación, el aspirante al playoff quedó noqueado sobre la lona repleto de dudas sobre lo que le viene por delante. Porque se perdieron tres puntos y las buenas sensaciones con las que hace unas semanas logró cuatro victorias consecutivas. Y eso es más preocupante.

Primeros minutos de tanteo entre un Real Ávila que salía con todo y un Salamanca B que no improvisaba. De la T4 al Adolfo Suárez. Porque Pablo Cortés alineó a Medina,Leo, Aguilar, Alberto Martín y Vargas de inicio tras aterrizar apenas unas horas antes del torneo disputado en México. No quería esperar el Real Ávila a que se asentara su rival. No tardó Rubo en buscar balones en largo, probar los guantes de Andrés en un buen cabezazo o buscar un gran centro de Javi de Mesa –minuto 12– que le pilló a traspiés y que le hubiera dejado solo ante la portería rival. No se había acercado el Salamanca B a la portería de Alberto y a la primera encontró el premio. Lo puso fácil el equipo encarnado, que permitió y concedió. Saque de córner al primer palo y remate de Leo sin oposición. Nadie le encimó y el central remataba al palo contrario donde no llegaba Alberto (0-1).

El golpe fue duro, más por la sorpresa que por lo esperado. Pero si el partido se movería en los golpes, el siguiente lo daba el Real Ávila. Un directo de izquierdas, el que asestaba Sergio Rivera, que desde lejos no se lo pensó. La golpeó duro, raso. El balón cogió velocidad y sorprendió a Andrés, que es estiró, pero el esférico golpeaba en la cepa del palo y se convertía en el empate (1-1). Lo festejó con ganas el equipo encarnado, al que la alegría le duró un minuto, el que pasó entre el 19’ y el 20’, el que transcurrió entre el gol de Rivera y el tanto de Vargas. Sacó de centro rápido el equipo de Pablo Cortés, se internó por banda Issa, como tantas veces hizo como encarnado, y se la lió a Edu López y Llorián sobre la línea de fondo para regalarle a Vargas un balón en el área pequeña con aroma de gol. Iba envuelto en celofán. No lo consiguió a la primera, pero sí a la segunda, cuando remataba al fondo de la red su propio rechace (1-2).

Le costaba imponer su ritmo a un Real Ávila al que la pizarra suele funcionarle. Esta vez se quedó en un ‘casi’ en forma de larguero, el que impedía a Moreira poner el empate cuando remataba con la coronilla una falta botada por Mayorga. El partido se encaminaba a los vestuarios con el 1-2 a favor del Salamanca B cuando se le abrió una ventana inesperada al Real Ávila. Medina, que derribaba a Javi de Mesa en el área, regalaba el penalti a los encarnados. Al suelo el ‘10’ y al punto de penalti el ‘9’. La pidió Rubo, que optó por colocarla en lugar de romperla. Lo suyo es lo segundo, no lo primero. Centrada, suave. La agarró con ganas Andrés. Porque el 1-2 antes del descanso era un tesoro.

Necesitaba el empate el equipo encarnado y se volcó  sobre el área visitantes. Llorián y Rubo calcaron la jugada. Los dos se lanzaron a sendos centros de Moreira, que empezó a tomar protagonismo, pero ninguno llegó al balón. A un palmo se quedó el remate de Rubo, que cruzó ante a salida de Andrés –57’– en el mano a mano. No llegaba el gol ante un Salamanca B que había dado un claro paso atrás. Estaba con la gasolina justa, pero con un 1-2 el plan les sonreía.

Dominaba el balón el Ávila, pero no las ocasiones. No llegaba el equipo y empezaban a escaparse tres puntos vitales. Los salmantinos, firmes. En defensa asentados, en ataque, peligrosos. No necesitaron mucho para lograr dos goles y poco necesitaban para amenazar con el tercero. De nuevo de córner –minuto 72– y de nuevo Leo remataba en el segundo palo sin oposición. Incomprensible. Por suerte no embocó puerta. Alberto, poco después, haría una doble parada a Altube y Albert en la frontal en un claro mano a mano que pudo suponer la sentencia. Salvó Alberto a los suyos y salvó Andrés al Salamanca B cuando Llorián lanzaba una falta desde fuera del área –minuto 79– y obligaba al portero visitante a volar a la escuadra para enviar a córner. Tuvo el 2-2 Rubo en sus botas cuando controlaba en el área –minuto 83– para rematar a portería pero dejaba que la defensa charra desviara el cuero. Al córner Andrés volvería a volar junto al palo para desviar un buen cabezazo de Llorián. El tiempo corría en contra.

Y una contra en el descuento suponía el 1-3 definitivo. Robó de balón de Gustavo, que corrió sin oposición para entrar en el área, atraer la salida de Alberto y regalar el gol a Albert. Era el tercero, la sentencia al partido y a un Real Ávila que apagó las luces del Adolfo Suárez conscientes de lo que habían perdido.