Los cánticos serranos silenciados esta Navidad

VICENTE GARCÍA
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Debido a la covid el tradicional festival de Villancicos de la Sierra de Ávila se transforma este año en un recopilatorio telemático

Imagen del festival celebrado el año pasado - Foto: Vicente García

Hace ya un año que los cánticos navideños, villancicos y música tradicional resonaron por última vez en la serranía abulense, en un tradicional festival de villancicos en el que los habitantes de la Sierra de Ávila compartieron emociones y recuerdos.

En esta ocasión, el silencio ha sido el dominante, pero los serranos no renuncian a mantener vivo este importante acontecimiento.

Este fin de semana debería haberse celebrado el IX festival de villancicos Sierra de Ávila, cuyo pueblo anfitrión correspondía a Gallegos de Altamiros, pero las circunstancias actuales por culpa de la COVID-19  han conseguido callar las decenas de voces de niños y mayores, y la música y canciones entonadas por todos los asistentes que al son de letras tradicionales navideñas y algunas de propia creación, interpretaban juntos al finalizar el acto.

Tampoco el tradicional y sabroso chocolate con pastas, churros o diferentes entrantres ha podido celebrarse, pero en la memoria de todos quedan los anteriores que han demostrado que la sierra no está vacía y que muchos la viven intensamente como propia aprovechando estos acontecimientos como un punto de encuentro anual.

Martiherrero, Muñico, Cillán, Benitos, Solana, Chamartín, Sanchorreja, Gallegos de Altamiros y Gallegos de Sobrinos fueron los últimos en actuar la anterior edición, siempre animados por el grupo de religiosas con sede en Chamartín, que mantienen el ánimo y empujan a la celebración de esta y otras acciones.

Este año el  anfitrión era Gallegos de Altamiros, que ante la imposibilidad de celebrar el acto para evitar infecciones, se ha optado porque los pueblos aportaran imágenes y vídeos de otros años para que el encargado del evento los recopile y realice un montaje digital para enviar al resto de los participantes.

Algunos años las iglesias y ermitas de los municipios organizadores se quedaron pequeñas, y muchos de los asistentes tuvieron que escuchar el festival desde fuera. 

Ahora el silencio y el vacío se apodera de ellas, con la esperanza de que el próximo diciembre regrese con más fuerza y siga uniendo a serranos y serranas, a niños y mayores, que entonando villancicos al unísono nos deseen a todos, de nuevo una Feliz Navidad.