El pasado mes de enero se produjeron siete atropellos en la capital abulense, lo que generó cierta alarma social. Sin embargo para Mariano Martínez, experto en Seguridad Vial y miembro del Observatorio Local de Seguridad Vial, estos accidentes «no evidencian una problemática como tal», ya que se produjeron «por distintas circunstancias», lo que no quita, asegura este antiguo funcionario de la Dirección General de Tráfico, donde ejerció como examinador durante cuatro décadas, que «todos estos atropellos podrían haberse evitado de haber extremado la precaución tanto conductores como peatones».
Partiendo de la base de que en Ávila «tanto peatones como conductores son por norma general muy disciplinados», Martínez explica que cuando un accidente se produce es «porque los binomios que intervienen en el tráfico se han roto, lo que nos lleva a trabajar por que esa armonía entre los elementos que intervienen en el tráfico (hombre, vehículo y vía) se mantenga y no se produzca un accidente».
«Nos ha costado 30 años que la gente pase por los pasos para peatones y ahora de lo que se trata es de conseguir que se pase bien», comienza a explicar Martínez cuál es el objetivo de la campaña de sensibilización que tanto él mismo como Arturo Narrillos están llevando a cabo dentro de las acciones del Observatorio Local de Seguridad Vial promovido por el Ayuntamiento de Ávila.
Sin incluir a los peatones tecnológicos, que pueden sufrir accidentes por distracción, y a los deportistas, que irrumpen en la calzada de forma inesperada y que si bien no suelen por su buena forma física ser víctimas de atropellos pero sí provocar accidentes por alcance, los peatones «más vulnerables» son, como señala Martínez, «niños, personas con discapacidad y mayores», colectivo este último al que se dirigen las conferencias de educación vial que se imparten en esta campaña de sensibilización.
Como en casi todo en la vida, «emplear la lógica» es la mejor recomendación que se puede dar tanto a conductores como a peatones, a los que sin embargo no está demás recordar cuáles son los lugares más idóneos para cruzar una vía en las máximas condiciones de seguridad. Estos lugares son, señala Martínez, «los pasos señalizados; tanto con semáforo, agente o con marcas viales», los conocidos popularmente como pasos de cebra.
Llegados a este punto Martínez hace una precisión y asegura que lo de que los peatones tienen preferencia en los pasos habilitados con marcas viales «es una verdad a medias», ya que el reglamento de circulación prohibe adentrarse en estos pasos cuando no se tenga la certeza de que la distancia y velocidad a la que vienen los vehículos nos permiten realizar un cruce seguro». Esto que parece tan de lógica no lo es tanto, señala Martínez, ya que amparados por esa preferencia de paso algunos peatones prácticamente ‘se tiran’ a la carretera con el consiguiente riesgo para su seguridad. La máxima en todos los casos, concluye este experto en educación vial, debe ser siempre «para, mira y pasa».