Piden 12 años de cárcel por una presunta agresión sexual

M.E
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Visto para sentencia el juicio a un acusado

Piden 12 años de cárcel por una presunta agresión sexual

El juicio oral celebrado este miércoles en la Audiencia Provincial de Ávila por un supuesto abuso sexual a una menor quedó visto para sentencia después de la declaración del acusado, de la víctima y de otros siete testigos o peritos. Sin acusación particular, el Ministerio Fiscal consideró que los hechos eran constitutivos de un delito de agresión sexual (con situación de superioridad) y pidió para el acusado, identificado como O.C.Q.Q., la pena de doce años de prisión y accesoria de inhabilitación especial para el derecho del sufragio pasivo durante el tiempo de la condena, así como una medida de libertad de libertad vigilada por tiempo de diez años, una inhabilitación especial para cualquier profesión que conlleve contacto regular y directo con menores de edad por un tiempo superior al de pena privativa de libertad y una indemnización de 12.000 euros por daños morales. La defensa, por su parte, argumentó que no eran ciertos los hechos indicados y que no cabía hablar ni de autoría ni de responsabilidad civil, por lo que pidió la libre absolución.

Aunque no está clara la fecha del supuesto suceso porque la víctima, que ahora tiene unos diez años, lo contó tiempo después, el hecho denunciado se habría producido en su domicilio de Ávila capital cuando la niña tenía unos cinco años y el acusado era la pareja de su madre, con quien vivía y con quien acababa de tener un hijo. 

La niña, que testificó a través de videoconferencia y con ayuda de psicólogos, aseguró que un día que se iba a bañar y que estaba a cargo del novio de su madre éste se bajó los pantalones y le pidió que «le lamiera el pito», algo que dijo «no hizo» porque «le salía leche», «no lo veía normal» y le dio «asco». Con todo poco después, y ante la intervención de la psicóloga que le recordó una conversación anterior, reconoció que el acusado le ayudó «con la mano» y que «llegué a chuparlo, pero lo escupí».

El acusado, por su parte, negó los hechos al responder que nunca tocó a la niña, nunca se bajó los pantalones en su presencia y que nunca se masturbó delante de ella ni le introdujo su pene en la boca. En su declaración final manifestó que «por el testimonio de una niña y por pruebas que no son concluyentes no se puede arruinar la vida de una persona, en este caso la mía».

 

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