Las desgracias condenan al Colegios Diocesanos

L.C.S
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Un penalti fallado y un gol en propia puerta en apenas cinco minutos abocaron a la derrota al equipo colegial en un partido en el que tuvo más y mejores ocasiones que La Granja

Las desgracias condenan al Colegios Diocesanos - Foto: Isabel García

Colegios Diocesanos: Darío, Nacho (Javivi, 58’), Josito (Chris, 77’), Ángel Encinar, Juli, Pablo Negro, Sergio A. (Quique, 58’), Fer (Vila, 81’), Oli, Mario Hidalgo y Mayorga (Vicente, 58’).

La Granja: Loren, Cuadri, Quique, Manuel, Dani (Alberto, 60’), Lázaro, Ibra (Peli, 78’), Barbudo, Cristian, Gabi (Ayoub, 60’) y Hamza (Iván, 90’).

Árbitro.

Vicente Franqueira.

Amonestó a los locales Javivi, Oli y Encinar, y a los visitantes Quique, Ibra, Gabi y Ayoub.

GOLES.

0-1. Minuto 54.  Oli, en propia puerta. 0-2. Minuto 93. Ayoub.

INCIDENCIAS.

Encuentro correspondiente a la cuarta jornada del grupo VIIIde Tercera División disputado en Sancti Spiritu.

La primera victoria en casa del Colegios Diocesanos tendrá que esperar. En su segundo partido de la temporada en Sancti Spiritu cayó derrotado quizá inmerecidamente, pero en este deporte lo que cuentan son los goles, y en esta categoría lo que se penalizan son los errores, y en el encuentro de este sábado, de los primeros La Granja logró dos, y de los segundos el Diocesanos cometió dos muy groseros, lo que le abocaron a la derrota.

Un penalty fallado y un gol en propia puerta, todo ello en apenas cinco minutos, es un lastre que pesa sobre cualquier equipo, y más si eres recién ascendido a la categoría. Eso le pasó al Diocesanos, que hasta el minuto 90 de partido, perdía un partido en el que el rival no había tirado a puerta. Luego marcó el segundo, ya en el descuento, en su primer remate entre los tres palos en todo el encuentro. A los abulenses se le fueron tres puntos cuando fueron mejores en el juego, no demasiado tampoco, pero sí lo suficiente, y cuando tuvieron más  y, sobre todo, mejores ocasiones de gol para haberse puesto por delante. Juli, que no estuvo afortunado de cara a puerta, vio cómo Loren le sacaba con los pies un remate a bocajarro desde el área pequeña, de esos que se canta el gol antes del remate de los claros que son, y luego desperdició un penalty al lanzarlo de forma extraña. Se quedó a medio camino de un ‘Panenka’ y un disparo flojo, y el balón se fue por encima del larguero. Esa losa ya fue demasiada para el Diocesanos, que a partir de ahí cayó en picado en su juego y acabó perdiendo un encuentro que desde el club colegial se había catalogado como fundamental, y en este tipo de partidos, no dar facilidades al rival debe ser el primer mandamiento a cumplir.

La primera parte no tuvo apenas juego. La primera media hora fue un ejercicio de impotencia por parte de los dos equipos a la hora de crear juego. Los locales por precipitación y ausencia de contacto con el balón de sus hombres más importantes, casos de Pablo Negro o Juli, y los visitantes porque estaban más preocupados de no perder la posición defensiva que de mirar a la portería de Darío, que vivió una tarde de los más apacible, nada exigido por el ataque visitante.

Poco a poco fue el Dioce encontrando su juego de toque y combinación. El equipo creció alrededor de Ángel Encinar, por quien pasaban la mayoría de balones a la hora de montar los ataques, pero con el hándicap que al llegar a la frontal del área no aparecía ese pase o esa individualidad que liberara a la defensa de La Granja.

No obstante, a base de insistencia llegó en el 34 la primera oportunidad para los colegiales con un disparo de Pablo Negro desde la frontal que Loren atajó sin problemas, tirándose al suelo al menos para mancharse el traje.

Pero fue el primer aviso de que el Diocesanos estaba  haciendo correr a La Granja y de que algún hueco, por ahí, se podía encontrar. Y vaya que sí. En el último minuto del primer tiempo, después de la mejor jugada del equipo de Somoza, moviendo el balón de banda a banda, con la paciencia necesaria hasta encontrar la oportunidad, finalizó con un centro desde la derecha de Pablo Negro al segundo palo tras una muy buena maniobra dentro del área que Juli, ya relamiéndose del regalo, no pudo embocar a gol porque Loren hizo la parada de la tarde. Otro lanzamiento de Juli tras el córner de la jugada anterior cerró un primer tiempo que finalizaba justo cuando mejor estaba el Diocesanos.

El paso por los vestuarios no pareció modificar el panorama con el que terminó la primera mitad. Siguió controlando el juego el Diocesanos, mantuvo la idea de jugar con combinaciones para buscar la ocasión, y una buena internada de Mayorga finalizó con un toque por detrás al jugdor abulense por parte de un defensor segoviano. Se lo pensó unos segundos el colegiado, debió mirar a su linier buscando la confirmación de lo que para él era penalty, y entre los dos señalaron la pena máxima que, haciendo honor a su nombre, esta vez fue una pena para el Diocesanos. El desperdicio de esa gran oportunidad acabó con el equipo, que se deshizo, ayudado también porque poco después Oli marcaba en propia puerta al empujar hacia su portería el que debía ser el tercer o cuarto balón que en todo el partido llegaba al área de Darío.

Esas dos desgracias hundieron a los amarillos, que ya no volvieron a encontrar ni ritmo ni juego. Lo intentó Encinar aglutinando el balón a su alrededor, pero no encontraba con quién crear peligro. Un disparo de Juli en el 71 desde fuera del área que Loren atajó sin problemas, y un cabezazo de Josito en el 75 a la salida de un córner que Loren salvó con una vistosa palomita fueron la dos únicas ocasiones creadas por el Diocesanos, que desde fuera parecía que había dejado de creer.

El gol de Ayoub en el 90, empujando a puerta vacía un contragolpe bien llevado por Lázaro, finiquitó la tarde de desgracias para el Diocesanos.