Pedro Sánchez lo volverá a intentar. El Gobierno aprobó ayer la senda de estabilidad presupuestaria, paso previo y necesario a la presentación del proyecto de Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2019, con el mismo objetivo de déficit que ya marcó en julio, y que el Congreso tumbó con los votos en contra de PP, Ciudadanos, UPN, Foro Asturias, CC y Bildu.
El Consejo de Ministros, sin embargo, decidió volver a llevarlo a las Cortes con la misma cifra de déficit del 1,8 por ciento del PIB para el próximo año -frente al 1,3 del ejercicio anterior-, lo que permitiría a las Administraciones central y autonómicas disfrutar de una mayor capacidad de financiación, de hasta 6.000 millones de euros, que se usaría para «blindar el Estado de Bienestar y revertir los recortes», sostuvo la ministra portavoz del Gobierno, Isabel Celaá.
Así, insistió en que estas Cuentas «son las que necesita este país» y son «realistas», por lo que su intención de presentarlo en enero «es firme». Volver a hacerlo con el mismo objetivo de déficit es un requisito que otorga «seguridad jurídica» a esa presentación de las cuentas prevista para enero.