Integración sí, pero sólo si está "bien entendida"

M.M.G.
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José Luis Izquierdo, el Mago More, vuelve a hacer viral el vídeo en el que denuncia el peligro de desaparición de los centros de educación especial si llega a aprobarse la Ley Celaá

Integración sí, pero sólo si está "bien entendida"

Defendemos la integración. Pero la integración bien entendida». La frases es de José Luis Izquierdo, el Mago More, abulense de pro que lleva meses em’baracado en una cruzada contra la ya conocida como Ley Celaá, la que todo indica será la próxima ley de educación.

¿Y por qué esta batalla? Porque More -conferenciante, formador, escritor y presentador, entre otras facetas- es también el padre de Marcos, un chico de 15 años con parálisis cerebral que acude cada día a un centro de educación especial. Un centro que como tantos otros, no se cansa de repetir More, va a terminar desapareciendo cuando se aplique la Ley Celaá.

Y desaparecerá ‘Despacito’, como la famosa canción de Luis Fonsi y Daddy Yankee que él mismo ha transformado con mucha ironía en un vídeo denuncia que hizo público hace meses pero que ahora, dada la actualidad del tema, ha vuelto a hacerse viral. Y es que la aceleración de los trámites ha vuelto a poner en el punto de mira una ley que ataca directamente a la educación concertada y a la educación especial y que no complace a una gran parte de la sociedad española.

Ante todo esto, More es duro y directo. Y señala directamente a PSOEy Podemos como principales responsables de la ‘muerte anunciada’ de la educación especial en España, algo que, en su opinión, volverá a llevar al país a los años 50 en lo que al trato a las personas con discapacidad se refiere.

Para More, resulta inconcebible que todos los logros conseguidos durante las últimas décadas, que han situado a España como país ejemplar en lo que a discapacidad se refiere y que han permitido a los chicos con discapacidad estar entre iguales y ser atendidos según sus necesidades por profesionales formados y vocacionales, vaya a tirarse ahora por la borda.

Como padre de uno de estos chicos siente que es imposible que puedan desarrollarse y ser felices en centros ordinarios. «Para la gran mayoría de ellos ir a un colegio ordinario supondría un infierno», alerta, y habla de situaciones de bulling o de niños ‘aparcados’ en aulas como si de muebles se tratara, por poner sólo dos ejemplos de lo que estos niños se encontrarían en un aula ordinaria.

«Celaá y sus jefes son una panda de mentirosos», se enfada More cuando se refiere a aquellos que tienen en sus manos el futuro de los centros de educación especial, a los que defiende a capa y espada, sobre todo por el nivel de los profesionales que en ellos trabajan.

Por eso se indigna aún más cuando habla, por ejemplo, de la disposición adicional cuarta de la ley que dice «claramente» que van a cerrar los centros. «Aunque luego la ministra diga que no va a ser así», dice More, que con ironía da la razón a la ministra en ese sentido diciendo que efectivamente quizá no los cierren: tan sólo los van a vaciar, denuncia.

Se enfada More también cuando recuerda cómo el  Comité Español de Representantes de Personas conDiscapacidad (Cermi) «se autocensuró» diciendo que los colegios especiales son segregadores a raíz «de un informe torticero» realizado por dos inspectores de la ONU, denuncia More, que realizaron un estudio «sin haber pisado un centro de educación especial».

«Claro que no los van a cerrar», ironiza More, «los van a vaciar», se refiere a una realidad que terminará por afectar a toda la comunidad educativa. «Por ejemplo, los padres de chicos en colegios ordinarios están que echan chispas, porque todos sabemos que el nivel de una clase lo marca el alumno más lento», adelanta More un problema que, considera, se va a hacer efectivo en las aulas en poco tiempo.

Y los profesores de esos centros ordinarios «están que trinan» porque, insiste More, «no saben tratar a esos niños».  Y no tienen por qué, considera. Porque para eso están los profesionales que ya trabajan en centros especiales y a los que, denuncia también en su vídeo protesta, también se les privará de sus puestos de trabajo, con un fuerte componente vocacional.