Ávila cuenta con 46 alumnos con altas capacidades

M.M.G.
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La Junta de Castilla y León cuenta con el programa de cribado 'Detecta', cuya función es localizar cuanto antes a estos estudiantes para poder apoyarles en su peculiar camino académico

Ávila cuenta con 46 alumnos con altas capacidades - Foto: Concha Ortega ICAL

Niños con una inteligencia por encima de la media. Así podríamos simplificar en una única frase lo que supone ser un niño con altas capacidades: escolares que viven una realidad distinta a la de la gran mayoría de sus compañeros y que precisan una atención especializada, del mismo modo que la necesitan aquellos alumnos con dificultades de aprendizaje. 

Según los datos facilitados a este diario por la Dirección Provincial de Educación, la provincia de Ávila cuenta en la actualidad con 46 alumnos con altas capacidades. De ellos, uno se encuentra en Educación Infantil; 27, enEducación Primaria; doce, en EducaciónSecundaria; y seis, en Bachillerato.

Pero, ¿qué entendemos más exactamente por alumno con altas capacidades? Según el Ministerio de Educación, en el concepto de altas capacidades se suelen incluir los términos superdotación, talento y precocidad. «El alumnado con altas capacidades constituye un grupo muy heterogéneo que se caracterizaría porque en test psicométricos de inteligencia general obtienen puntuaciones significativamente superiores a la media (al menos dos desviaciones típicas) y en pruebas de aptitudes obtienen, además, puntuaciones percentiles superiores a la media (desde 75 a 95 o más), dependiendo de su perfil (complejo, múltiple o simple)», explica educación en su web, en la que apunta también que «dentro del grupo de alta capacidad intelectual, se pueden encontrar alumnos con una capacidad moderada, muy alta o extrema. Ahora bien, una alta capacidad puede no manifestarse en todas las materias».

Son, en cualquier caso, alumnos que deben ser detectados y acompañados en su formación académica cuanto antes. Y para eso, en el caso de Castilla y León en general, y de Ávila en particular, se cuenta con el programa de cribado 'Detecta', pues en marcha en el curso 2017/2018.

Así lo explica a Diario de Ávila Olga Sáez, asesora técnico docente de la Junta de Castilla y León, que apunta que con él se busca detectar de forma precoz (en primero de Educación Primaria) aquellos alumnos con necesidades especiales, ya sea porque tengan, por ejemplo, problemas en la lectura, o porque destaquen por su altas capacidades.

«Resulta muy importante diagnosticar a estos alumnos de manera temprana, con el fin de poder adecuar los recursos educativos y darles respuesta a sus necesidades educativas», reflexiona la técnico de la Junta de Castilla y León sobre un programa que se lleva a cabo en distintas fases y del que participan tanto el tutor del alumno con su familia y él mismo. Es cuando el alumno supera el punto de corte asignado cuando se le aplica una prueba objetiva por parte del orientador del centro.

Esa detección precoz resulta, como decíamos, fundamental para poder poner en marcha los procesos que ayuden al estudiante a seguir progresando positivamente en su formación académica. Medidas que, como explica Sáez, ayudarán a que éste no caiga en la «desmotivación» cuando no se le da lo que necesita.

Porque éste es, precisamente, uno de los principales peligros a los que se enfrenta la comunidad educativa con los alumnos de altas capacidades: que pierdan interés en su formación al no encontrar las materias que le interesen y les empujen a seguir progresando.

«Hay que intentar profundizar en aquellos temas o contenidos  en los que muestre un interés especial», prosigue hablando Sáez, que pone como ejemplo la elaboración de temas de investigación con temas que les interesen y que «a veces no encajan en el curriculum ordinario» pero que son imprescindibles para plantearles «retos que para ellos son necesarios».

En definitiva, se trata de «ir más allá del libro de texto», así como de «darles pie a expresar sus capacidades»

Y todo ello, se destaca desde la Junta de Castilla y León, teniendo a los niños escolarizados en centros ordinarios, en los que, como vamos diciendo, se pueden desarrollar programas y planes de actuación específicos y adecuados a sus necesidades educativas.

Esas respuestas educativas al alumnado con altas capacidades se llevan a cabo con diversas medidas organizativas y curriculares de diverso grado: desde esas ampliaciones y refuerzos antes mencionados al agrupamiento con alumnos de cursos superiores al de sus grupos de referencia, para el desarrollo de una o varias áreas o materias o, incluso, el curso completo.

«La flexibilización escolar», se refiere la técnico a ese ajuste de curso hacia arriba, «es una decisión que se toma al final del camino».

Según los expertos, prosigue hablando Sáez, hay que «intentar agotar otras vías» primero. «Pero si el alumno tiene un dominio claro de la materia del curso siguiente se plantea esa flexibilización», apunta. Eso, claro está, siempre que el alumno tenga el «nivel madurativo social» necesario para dar el salto a un curso superior. «Porque puede tener buenas capacidades pero a nivel social estar en su edad cronológica», aclara la técnico de la Junta, que explica también que la valoración del alumno y la propuesta de aceleración la tienen que tomar los equipos y departamentos de Orientación de los centros. «En la valoración psicopedagógica del alumno también entran los equipos docentes», concluye Sáez, que por último, pero no menos importante, menciona la autorización de los padres.

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