«A nivel técnico el Lienzo Norte está en el top ten europeo»

M.M.G.
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El ingeniero Felipe García conforma junto con Gonzalo Súnico y Cristina Hernández la terna de reponsables del Lienzo Norte, el edificio que desde hace años acoge nuestras conversaciones de domingo. Con él tomamos hoy un café reposado.

«A nivel técnico el Lienzo Norte está en el top ten europeo» - Foto: David Castro

En los años que llevamos visitando cada domingo el Lienzo Norte hemos conocido muchos de sus infinitos rincones. Todos sorprendentes. Todos con su encanto. Pero nunca habíamos visitado el cielo del Lienzo Norte. O el peine, como nos chiva nuestro protagonista de hoy, Felipe García (Madrid, 1966), director técnico del Centro de Congresos y Exposiciones Lienzo Norte.

Le seguimos hasta las alturas de la Sala Sinfónica. Más de 20 metros nos separan del suelo en un espacio en el que late uno de los corazones del edificio. Motores, cuerdas, poleas descansan a la espera del próximo espectáculo. Y entre todos ellos se mueve como pez en el agua Felipe, ingeniero técnico industrial y graduado en Ingeniería Mecánica entre otras titulaciones.

No siente vértigo. Al contrario. Con total naturalidad nos va explicando los entresijos de un edificio que no tiene reparos en situar «en lo que se refiere a nivel técnico el top ten» de las construcciones de estas características a nivel europeo.

Qué es lo primero que le viene a la cabeza sobre Ávila?

Que es una ciudad y es un pueblo.

¿ Qué es lo que más le gusta de Ávila?

La tranquilidad. Me da tiempo a hacer un montón de cosas, de ir a todos los sitios.Como al campo, que me encanta ir al campo. Me gusta también practicar el ciclismo y aquí en dos pedaladas estás en el campo.

¿ Y lo que menos?

Las pocas oportunidades que tiene para las personas a nivel laboral. Es una ciudad que no ha apostado mucho por el tema industrial y está apostando mucho por el tema turístico y al final hay un colectivo muy preparado aquí que está teniendo que salir muchas veces a buscar un empleo.

Un lugar para perderse.

Por la noche, a partir de una determinada hora, me gustan todos.

Un recuerdo de la infancia...

Pues no es de mi infancia, porque yo hasta que vine a trabajar no había estado nunca en Ávila, pero sí que tengo un recuerdo. Hace muchos años, de camino a la boda de un amigo en Salamanca, pasé por la circunvalación y vi la Muralla iluminada. Y pensé que este sitio parecía maravilloso y que tenía que venir a verlo algún día. Ésa fue mi primera impresión de Ávila y mira por donde he acabado aquí.

Un personaje abulense que le haya marcado.

Luciano Díaz Castilla. He trabajado con él y es una maravilla de hombre.

El mayor cambio qué necesita Ávila es...

Yo le pondría un hyperloop, el tren supersónico que llega en 15 minutos a todos los sitios. Es posible. Imagina lo que sería Ávila si pudiéramos llegar a Madrid en 15 minutos. Si existe la tecnología por qué no aplicarla.

Y Ávila tiene que mantener.

Me gustaría que no perdiera el carácter rural que tiene. Cada día Ávila es menos industrial y más turística. Es más cosmopolita y menos rural. 

¿Qué le parece la ciudad hoy en día? 

Una ciudad que está avanzando. Pero veo que hay mucha gente joven que se está marchando y eso también me preocupa. Yo tengo cuatro hijos y les ves que se están formando y veo difícil que vuelvan.

¿Cómo ve la ciudad en el futuro?

La veo una ciudad mucho más turística. Espero que nunca sea una ciudad dormitorio de Madrid. Y veo que va a seguir creciendo porque hay un fenómeno ya imparable y es que se está abandonando el campo. Ávila va a seguir creciendo pero lo va a hacer con una población de origen rural.

¿ Qué puede aportar usted a la ciudad?

Lo que me gustaría hacer trabajando desde el Lienzo Norte es hacer este edificio lo más sostenible posible que se pueda, tanto económicamente como medio ambientalmente. Y en eso estamos trabajando.