"Un sínodo para abrir puertas y ventanas"

P.R.
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El cardenal venezolano Baltazar Porres, uno de los tres presidentes delegados, habla en Ávila del Sínodo de la Amazonía

"Un sínodo para abrir puertas y ventanas"

“El sínodo de la Amazonía ha servido para abrir puertas y ventanas para una serie de experiencias. Pero sobre todo se abren procesos”. Señalaba hoy en Ávila el cardenal venezolano Baltazar Porras, cardenal arzobispo emérito de Mérida (Venezuela), que se desplazó a nuestra ciudad ayer para hablar precisamente de este importante acontecimiento para la iglesia latinoamericana. El cardenal tenía muchas cosas que decir de estas asamblea que reunió a   185 obispos para tratar los asuntos clave del territorio amazónico durante tres semanas. No en vano el cardenal arzobispo emérito de Mérida ha sido uno de los tres presidentes delegados del Sínodo para la Amazonía. “No hay que dar un salto en vacío y creo que viéndolo con atención es muy probable que en los extremos de derecha y de izquierda no les llene el documentos final. Pero para caminar juntos hay que darse la mano y saber que no podemos hacer saltos en el vacío”, reflexionaba el prelado.

El cardenal venezolano reconoció que una de las originalidades de este sínodo y por eso llamaba la atención es que no es un sínodo regional, no aborda a una problemática que afecta a una pequeña región del planeta sino que esa realidad ilumina e interprela a todo el planeta porque la ecología y una de las cosas que ha quedado en el documento final es la dimensión ecológica de la evangelización. “Creo que ninguno de nosotros cuando aprendimos el catecismo no se hablaba absolutamente nada de esto. Esto tiene que ver no solo con la moda, con el medio ambiente, sino que tiene que ver con la vida plena a la cual tenemos derecho y esto está planteado desde lo eclesial como la necesidad de abrir nuevos caminos. El planeta por dónde va no solo en lo ecológico, sino también vemos todo lo que está pasando en esta transformación socioeconómica y política, que parece que nos tiene a todos como desubicados”. Defendió el prelado venezolano que necesitamos buscar nuevos caminos. “Esto tiene que ser con la escucha a los más pobres y la escucha de esas regiones que pareciera que son ajenas, pero no lo son”.

El Sínodo presenta una serie de interrogantes. El primero para los propios habitantes de la zona, que reconocen que jamás pensaron que debía haber un sínodo sobre la Amazonía. “Desde allí se proyecta la necesidad de entender que el planeta es una casa común” y “si esa riqueza no se comparte de forma equitativa ocurre lo que está pasando en la actualidad con los problemas que afectan al mundo como son las migraciones, las guerras y con las grandes desigualdades que existen”. Para el cardenal Porres éste es precisamente un gran desafí; “El reto que nos pidió el Papa en su última pequeña intervención. Debemos aprovechar lo que son los diagnósticos para dialogar con los gobiernos, con las multilaterales, grandes empresas, con los gremios, con todo el mundo”. A la vez defendió que este no ha sido un “sínodo para vernos el ombligo, sino abierto al mundo”. Sobre su experiencia en el Sínodo, reconoció que “ha sido muy enriquecedora. He estado en cuatro sínodos y este se nota que tiene mucha originalidad, y plantea muchos retos que hay asumir desde la realidad de cada uno de nuestras iglesias y nuestros países”.