Un agricultor palentino, primer caso de tularemia

Alberto Abascal
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La provincia registró en el año 1997 un total de 151 contagios y 88 en 2014. Entre los agricultores y ganaderos crece el temor a un escenario de insalubridad grave

Topillos muertos acumulados en un canal en Palencia. - Foto: Asaja

Un agricultor de Fuentes de Nava se ha convertido en el primer caso declarado de tularemia en la provincia después de dar resultado positivo en los análisis clínicos realizados, según confirmaron a Diario Palentino fuentes de la organización agraria Asaja, que no duda en achacar esta enfermedad a la multitud de topillos muertos que se agolpan en las acequias y sistemas de riego.

La tularemia es una enfermedad contagiosa por contacto y asociada habitualmente a la llegada de estos roedores, transmitiéndose  a otras especies cómo liebres, conejos e incluso cangrejos. Es una enfermedad infecciosa potencialmente grave causada por la bacteria Francisella tularensis. Según los expertos, si no se trata convenientemente, dura entre 3 y 6 semanas y tiene síntomas como fiebre súbita, dolores de cabeza, diarrea, dolores musculares y en las articulaciones, debilidad progresiva e incluso las personas afectadas también pueden contraer neumonía.

En este sentido, la Junta siempre recordó que es una enfermedad de declaración obligatoria y mantiene las recomendaciones para evitar su contagio, tales como no mantener contacto con animales muertos, enfermos o con comportamientos no naturales; evitar el consumo de aguas no controladas sanitariamente; utilizar ropas protectoras y productos repelentes para evitar picaduras de insectos o garrapatas; no permitir que los niños toquen las piezas de caza y utilizar guantes y mascarillas cuando se manipulen; consumir carne de animales silvestres perfectamente cocinada; comunicar a los responsables de caza y/o sanidad animal la presencia de animales muertos, enfermos o con comportamientos no naturales; y, en caso de aparición de síntomas sospechosos de esta enfermedad, ponerse en contacto con el médico. 

Un equipo del Instituto Universitario de Investigación en Gestión Forestal Sostenible (iuFOR), liderado por investigadores de la Universidad de Valladolid (UVa), demostró hace unos años que el topillo campesino (Microtus arvalis) es capaz de amplificar la presencia de la bacteria Francisella tularensis, causante de una enfermedad infecciosa que afecta a animales y personas: la tularemia.

El trabajo muestra una clara asociación temporal entre casos de tularemia y plagas de topillos. Según los datos científicos ya publicados, el número de personas afectadas por tularemia alcanzó máximos anuales durante las plagas de topillo en los años 1997 y 2007 (585 personas de la comunidad en el año 1997 y 486 personas en 2007). En 2014, se repitió el patrón, con un número elevado de personas afectadas por tularemia y al mismo tiempo densidades muy elevadas del roedor. 

En los brotes más amplios, fue precisamente Palencia fue la provincia con más casos registrados en la comunidad de Castilla y León (151 en 1997 y 278 en 2007). Asimismo, en la epidemia de 2014 se llegaron a notificar 88 casos de tularemia  en la comarca de Tierra de Campos (mayoritariamente, Villada, Villarramiel y Paredes de Nava). 

Según los datos apuntados por los servicios médicos, las formas clínicas fueron: tifoidea (43,2%), úlceroglandular (25%), orofaríngea (11,4%), ganglionar (11,4%), neumónica (8%) e intestinal (1,1%). De hecho, 14 personas requirieron ingreso hospitalario. 

 

Asunto de salud. «Esta situación se nos va de las manos, cuando la experiencia nos dice que se deben tomar medidas para evitar llegar a este punto». Así se manifiesta David Tejerina, responsable de COAG Palencia, tras la aparición de un caso de tularemia en un agricultor de Fuentes de Nava. De ahí, que este profesional insista en que «estamos hablando de la salud de agricultores y ganadores, algo que va más allá de pérdidas económicas o desastres naturales». 

Los profesionales consultados coinciden en señalar que los campos están llenos de topillos. Así, desde Asaja se habla de una presencia masiva, en especial en la zona de Tierra de Campos, «donde hay miles de topillos muertos flotando en los cauces y contaminando ríos, arroyos y acequias».

En este sentido, Raúl Azpeleta, responsable de UPA en la provincia, habla de «mucha tensión» en el sector, pues «los olores que se aprecian al regar son señal de que hay muchos ejemplares muertos y eso siempre conlleva problemas de salubridad».

En esta misma línea se sitúan en Asaja, donde se habla de «una presencia masiva de topillos en las márgenes de ríos y arroyos, que atascan las tuberías y sifones de riego y dificultan las labores de cosecha y forrajes. Las consecuencias de esta superpoblación es que hay miles de topillos flotando en los cauces, contaminando ríos, arroyos y acequias». Además se añade que los entornos de los pueblos «están plagados de roedores vivos y muertos», lo que provoca desagradables olores por la descomposición de los animales. De ahí que, una vez más, exijan que la administración tome cartas en el asunto. «Es increíble que no sepan controlar estas plagas, pero más increíble es que no vean que es necesario tomar medidas de urgencia para evitar males mayores que, de seguir así, no tardarán en aparecer y luego nos arrepentiremos», añade desde COAGDavid Tejerina.

Los profesionales creen que las quemas controladas son muy eficaces y que, una vez pasado el periodo estival, se debería modificar la normativa. Este primer caso ha hecho saltar las alarmas y que los profesionales alcen la voz, pues temen un problema sanitario que puede reproducirse como hace años.

Ante la situación que está viviendo por la superpoblación de topillos, Asaja ha remitido una carta a los alcaldes de las zonas afectadas instando a aprobar una moción desde sus respectivos ayuntamientos para exigir a las administraciones   el cuidado y la eliminación de los topillos en las infraestructuras de las que son titulares, tales como carreteras, y márgenes de ríos y arroyos, en los cuales los agricultores no pueden actuar y son la principal causa de avance de la plaga.

En la carta se informa a los ayuntamientos sobre el riesgo de aparición de tularemia asociada a los topillos y las actividades de riesgo que requieren una prevención especial para agricultores y vecinos.