La diócesis de Ávila despidió este lunes al que fuera su obispo entre 1976 y 1991, monseñor Felipe Fernández García con un funeral en la Catedral que estuvo presidido por el prelado abulense, Jesús García Burillo, acompañado por el arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez; el obispo de Salamanca, Carlos López y el obispo emérito de Sigüenza (Guadalajara), José Sánchez, así como por medio centenar de sacerdotes.

Una fotografía de Felipe Fernández en el colegio Pablo VI, del que impulsó su nuevo edificio a mediados de los años 80, presidió el oficio religioso al que asistieron dos centenares de fieles, que quisieron así agradecer la labor de don Felipe durante su paso por tierras abulenses, antes de marcharse a Tenerife, donde ya reposas sus restos mortales en la catedral de San Cristóbal de la Laguna.

En su homilía, el obispo de Ávila recordó la última estancia de Felipe Fernández en esta ciudad, con motivo de la festividad de Santa Teresa de Jesús en 2006, cuando presidió la procesión acompañado por cientos de abulenses, que quisieron agradecerle su servicio como pastor de esta Iglesia durante quince años. Igualmente hizo alusión a sus últimas palabras en Tenerife, en las que aseguró que «no temía la muerte, porque la verdad del hombre es la vida eterna».

Del que era obispo emérito de Tenerife, Jesús García Burillo destacó su «acción de gracias» como actitud esencial, pero también su entrega, cercanía y preocupación por el patrimonio histórico, con la construcción de quince templos, y recordó que fue él quien en 1982 recibió en Ávila a Juan Pablo II.

El funeral concluyó con la lectura de una carta de pésame del cardenal Tarsicio Bertone, en nombre del Papa, y otra del nuncio Renzo Fratini.