«A las residencias de mayores se nos ha tenido abandonadas»

Santiago González
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Diego Juez preside desde hace más de siete años la Federación de Castilla y León de Atención a la Dependencia (Acalerte), que desde su fundación en 1993 es la patronal que aglutina a la mayoría de la iniciativa privada residencial en la Comunidad

Diego Juez

El presidente de la patronal de las residencias privadas de la Comunidad explica la situación cuando aún es fuerte e impacto de la Covid-19 en los centros residenciales, tanto públicos como privados.

¿Cuál es ahora mismo la situación de las residencias privadas respecto al coronavirus?

Es una situación de preocupación total. Hay centros que lo están pasando realmente mal, ya que en el momento en que entra el coronavirus en una residencia se produce una situación de caos. A la peligrosidad y mortalidad que provoca entre la población que tenemos alojada se une la preocupación de las bajas del personal que hay que cubrir.

¿Por qué están siendo el principal foco de la enfermedad y muertes?

Está muy claro. Desde el principio dijeron que afectaba a personas mayores con patologías previas y con problemas respiratorios y precisamente en las residencias el 90 por ciento es gente muy mayor y con patologías múltiples.

Pero bueno, también nos tenemos que fijar en que no todo el mundo que está en una residencia está contagiado o tiene riesgo de fallecer. Se vive con preocupación pero alrededor de un 70 por ciento de los centros de mayores no tiene enfermos de Covid-19.

¿La mayoría de las residencias están limpias?

De los 1.214 centros de mayores, personas con discapacidad y viviendas tuteladas existentes hay 234 que han tenido algún fallecido por coronavirus. Ahora eso puede ir creciendo porque se han empezado a hacer pruebas a todos los residentes y, como en el resto de la sociedad, cuantos más test hagamos más positivos saldrán ya que en los centros también hay asintomáticos.

¿Se ha controlado ya la falta de personal y se toman todas las medidas de seguridad para los profesionales y los residentes?

Nosotros siempre hemos sido el mayor foco porque tenemos gente mayor, con patologías previas y que convive en un mismo lugar, de tal forma que es más sencillo el contagio. Y a los centros se nos ha tenido un poquito abandonados, ahora es cuando empezamos a encontrar algo de material, pero hasta el momento nos hemos tenido que inventar mascarillas, hemos estado en contacto con un montón de empresas, la sociedad nos ha facilitado todo tipo de material... la verdad es que la respuesta de la ciudadanía y de las empresas de las residencias ha sido buena, pero nos ha costado mucho contar con los epis suficientes, cuando nosotros pensamos que desde el principio teníamos que haber estado al mismo nivel que el personal sanitario.

¿Faltó prevención, información o medios para no llegar a la situación actual?

La clave es que se trata de una crisis sanitaria y nosotros somos centros sociales, partiendo de esa base se entiende fácilmente que nosotros no tenemos la capacidad ni los medios humanos ni materiales para afrontar este tipo de crisis. El propio director general del Imserso dice que las residencias no somos centros sanitarios, sino lugares donde viven las personas mayores y atendemos sus cuidados básicos.

¿Esto significa que no hubo colaboración suficiente desde las administraciones sanitarias para adoptar medidas preventivas?

Nosotros hace más de un mes estuvimos hablando de cerrar los centros y limitar las visitas. Afortunadamente nos adelantamos a lo que marcaba la normativa. Yo creo que muchas veces hemos ido detrás del virus, los centros hemos intentado adelantar, tanto en medidas de prevención, con las mascarillas y las pantallas, como evitando visitas y por ello yo creo que la reacción de las residencias ha sido muy buena.

¿En estos momentos todo el personal tiene equipos de protección? ¿Quién se los ha facilitado la Junta o la propia empresa?

Desde el sector privado nos hemos volcado con las compras, nosotros desde Acalerte también hemos hecho compras múltiples, hemos facilitado teléfonos a los proveedores porque veíamos que era muy complicado llegar. Ahora en estos últimos días nos están enviando material desde Servicios Sociales, pero en los momentos más complicados, como era el principio cuando no disponíamos de nada, ni mascarillas ni pantallas ni batas, nos tuvimos que buscar la vida por nuestra cuenta.

¿Han llegado ya los test para residentes y personal? ¿Qué suponen las pruebas masivas?

Desde principios de semana empezaron a repartir test en los centros y esto realmente es la clave. Si llegamos a haber tenido estas pruebas desde el principio de la crisis hubiéramos podido sectorizar a los mayores, saber en qué zonas había que tenerlos, pero hemos ido siempre a ciegas. Cuando alguien tenía algún síntoma sectorizábamos, pero a los asintomáticos no les podíamos tener en cuenta. Yo creo que a partir de ahora se podrá organizar mucho mejor, ya que los trabajadores que resulten positivos se podrán ir a su casa y los residentes pasarán a un aislamiento más eficaz.

Han sido intervenidas varias residencias por parte de la Junta. ¿Creen que ha sido correcto o plantean otras soluciones?

Las intervenciones han venido marcadas porque no teníamos medios. Siempre recuerdo la frase de un compañero: no podemos ir a una guerra con tirachinas. Yo creo que siempre hemos pedido la ayuda de las administraciones, en este caso de Sanidad, para que pudieran acudir médicos y ahora están empezando a funcionar los equipos covid residencias, pero ha sido un poco tarde. En los centros intervenidos el problema es que cuando entra e virus de forma mortal se quedan sin plantilla y en ese momento es muy difícil seguir con el control, hacer contrataciones nuevas, etc. Yo creo que no es tiempo para echar culpas, pero tendremos que analizar el por qué ha ocurrido y asumir la responsabilidad tanto desde sanidad como desde servicios sociales.

¿Por qué no se ofrece información transparente y detallada sobre la situación en los centros? La Junta alega problemas legales para no informar de algunas situaciones.

Nosotros somos muy transparentes. De hecho no hacemos más que entregar datos a todo el mundo, a la Gerencia de Servicios Sociales, a Sanidad, a Salud Pública, a Atención Primaria. Estamos constantemente dando información todos los días, sabados y domingos, a las diez de la mañana a través un programa informático marcamos la situación del centro y los requisitos y necesidades que tenemos.

Siempre hemos estado dispuestos a ofrecer todo tipo de información, nosotros somos unos centros muy transparentes. En estos casos, cuando se ha producido el virus y hay una baja del personal, que ha afectado a cerca del 50 por ciento de la plantilla y una carga de trabajo por encima, nosotros hemos hecho frente a inspecciones de servicios sociales y de sanidad. Realmente las situaciones en los centros ha sido muy dura, yo creo que muchas de esas personas han pasado el peor momento profesional de su trabajo en servicios sociales.

La prohibición de visitas a los residentes ha sido una de las primeras y principales medidas. ¿Cómo ha afectado a los mayores?

La verdad es que ha sido de las decisiones más difíciles que hemos tomado porque en Castilla y León estábamos en un modelo abierto en e que no teníamos horario, las familias podían venir en cualquier momento y entrar a sus habitaciones, los residentes podían moverse libremente en las estancias comunes. Por ello ha sido una de las decisiones más complicadas.

Pero hay que poner en valor la figura de los trabajadores de las residencias, que no solo realizan una labor sanitaria o asistencial, sino que se han involucrado mucho en los aspectos sociales. Estamos en contacto directo con los familiares a través de las nuevas tecnologías, videoconferencias, llamadas telefónicas… la verdad es que las familias están respondiendo muy bien y los residentes viven pues, como en nuestras casas, con una rara normalidad.

La Junta permitió que los familiares pudieran llevarse a un residente siempre que no tuviese síntomas de la enfermedad, aunque lo desaconsejaba. ¿Se han producido muchos casos?

Algún caso sí se produjo, sobre todo al principio cuando adoptamos la decisión de no dejar entrar a nadie y cerrar los centros de día. A nosotros nos parece muy bien todo lo que vaya en beneficio de la seguridad de residente.

¿Cómo es el cuidado médico de los residentes? ¿Cuentan son servicio propio o dependen del centro de salud de la zona?

Hay mucha variedad de centros. Castilla y León cuenta con unas 45.000 plazas, tanto públicas como privadas, lo que supone más que la población de la ciudad de Soria y cerca de las de Segovia o Ávila. Hay cerca de 690 residencias, en los que trabajan 25.000 personas, algunos más especializados con médico, enfermera y psicólogo, que desde luego están más capacitados para afrontar epidemias, aunque no para una pandemia como ésta. Luego hay muchos centros en el entorno rural con 25, 30 o 40 residentes y estos tienen muy difícil disponer de médico. Lo que está claro es que los mayores tienen derecho a recibir una sanidad pública, tanto a la hora de acudir a los hospitales para cualquier tipo de prueba como en Atención Primaria con la asistencia a su centro de salud.

¿Cómo está funcionando los equipos médicos puestos en marcha dentro del plan ‘covid residencias’?

Ahora están funcionando con médicos coordinadores que acuden a los centros más necesitados. Esto a nosotros nos parece una idea estupenda, de hecho la existencia de un coordinador de Sanidad para cubrir a los residentes de los centros es una idea que igual deberíamos mantener en el tiempo. Es un poco absurdo que exista un médico en la residencia cuando no tiene capacidad de derivación, ni de recetar, etc. Lo que sí es verdad es que creemos y exigimos desde la asociación que los mayores deben ser derivados a los hospitales cuando están malitos o para cuidados paliativos, no deben mantenerlos en los centros residenciales, que no son sanitarios.

¿En el caso de los enfermos de Covid-19 también reclaman su hospitalización en vez de mantenerlo en su centro?

Nosotros creemos que habiendo sitio en los hospitales, y sin haberlo también, tiene el mismo derecho una persona mayor de 80 años que cualquier otro para ocupar una cama.

Mirando hacia el futuro, ¿esta pandemia va a cambiar algo la gestión y modelo residencial en la Comunidad y en España? Se hablaba de volver a centros más pequeños, donde se puede manejar mejor las enfermedades infecciosas.

Hay y habrá muchísima variedad. De cualquier forma, el hecho de ser un centro grande no significa que haya más fallecimientos que en uno pequeño en porcentaje. Evidentemente cuando acabe todo esto habrá que analizarlo caso por caso. Hay que destacar que la entrada del coronavirus en las residencias no significa que haya habido una mala praxis, sino que también juega un papel la mala suerte. Hay más de 25.000 trabajadores con 45.000 residentes y mucha gente asintomática.

¿Aunque todavía no hemos salido de esta pandemia, se puede extraer alguna conclusión para el futuro?

A nosotros lo que más nos preocupa es la coordinación de los centros con Sanidad y Servicios Sociales. Para que hacerse una idea, nosotros no hemos tenido ningún contacto con Sanidad durante esta pandemia. Hemos visto que el presidente de la Comunidad se ha reunido con el tercer sector, con organizaciones de personas con discapacidad, pero con nosotros nada. Y eso que somos los más afectados y podríamos haber aportado soluciones desde el principio o establecer cuáles son los problemas que tenemos y los que nos vamos a encontrar. A veces llamamos a Servicios Sociales y nos dicen que eso es cosa de Sanidad, allí nos dicen que es cuestión de Atención Primaria y de ahí nos remiten a Salud Pública. Una de las principales reivindicaciones que tenemos es más coordinación y formar parte del sistema.

¿Ven un final cercano a esta pandemia provocada por el coronavirus?

De momento seguimos con el mismo miedo tras llevar cerrados más de un mes. Y luego habrá el miedo cómo volver a la reapertura de visitas. Ahora estamos con test y cuantos más hagamos habrá más positivos, pero conoceremos la realidad.

¿Cómo debería hacerse el desconfinamiento cuando llegue el momento?

Yo creo que tendríamos que seguir con los mismos requisitos, poco a poco, limitar también el número de visitas, entrar con todas las medidas de protección, ir poco a poco abriendo. Nosotros hemos hecho rápidamente el confinamiento y ahora para ir abriendo los centros requieren un esfuerzo por parte de todos. Lo que es destacable es la increíble capacidad de adaptación que tienen nuestros mayores y sorprende mucho ver la tranquilidad con que lo hablan y lo asumen. Y las familias lo mismo. Son los que más nos conocen, los que más nos comprenden y los que más nos apoyan.