Editorial

Actuaciones prioritarias tras un incendio devastador

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Una pequeña tormenta caída en la tarde del jueves hizo saltar las alarmas sobre un hecho que viene anunciándose desde que se controló el incendió que asoló la Sierra de la Paramera, y que en estos momentos es uno de los asuntos que deben centrar la atención para evitar que esa catástrofe natural que se ha vivido adquiera aún unas mayores dimensiones.

La tormentas, de apenas unos minutos de duración, cayó a los pies del Pico Zapatero, y al no filtrar el agua, arrastró todo lo que encontró a su paso encauzándose una riada de lodo y ceniza por el río Picuezo, en las proximidades de Riatas, anejo de Sotalbo, en dirección al río Adaja. Fue una llamada de atención, que ha hecho que se tomen cartas en el asunto con la celeridad. 

La Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) anució ayer que iniciará de inmediato distintas actuaciones en la zona de captación de los principales abastecimientos afectados por el incendio de La Paramera, en el ámbito de la demarcación, tras la primera evaluación a pie de campo realizada por técnicos del Organismo de cuenca.

El informe preliminar, que se irá completando y adaptando sobre el terreno, ha detectado ocho captaciones de agua superficial destinadas a abastecimiento de la población en mal estado en los términos municipales de Solosancho, Mironcillo, Riofrío y Sotalbo, donde la CHD propone distintas medidas de corrección hidromorfológicas –colocación de albarradas y fajinas, baipases, desvío de cauces, zanjas y tuberías filtrantes, entre otras-, para mejorar la calidad del agua de estas captaciones.

Se tiene que trabajar a contrarreloj;y aunque las medidas a adoptar puedan ser complicadas, hay que intentar que esas soluciones se pongan en marcha cuanto antes, ante la previsión de que lleguen nuevas tormentas y las lluvias se generalicen, para acotar un problema que, además de a los pueblos afectados por el incendio, se puede extender por el Valle Amblés y por todas aquellas localidades, incluida la capital, que se abastecen del río Adaja.

Estamos ante un asunto de absoluta emergencia, como ocurre con el abastecimiento de alimentos y agua para el ganado que se ha quedado sin pastos en estas localidades de la Sierra de la Paramera, donde la Junta de Castilla y León, la Diputación de Ávila y los ayuntamientos implicados han actuado con diligencia para lograr un suministro estable, y donde hay que valorar también la solidaridad demostrada por asociaciones, cooperativas y empresas que se han volcado para que esos ganaderos no quedasen desamparados.

No obstante, hay que tener presente que la recuperación será un camino de largo recorrido, y esos apoyos y esa acción de las administraciones habrá que mantenerla en el tiempo para lograr que esa gran catástrofe quede como un mal recuerdo que se pudo superar.