'La melodía de las balas' llega a la Escuela de Policía

I.Camarero Jiménez
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El policía Rubén Sánchez pasó por el centro de formación hace ya casi dos décadas, ha trabajado en la UIP y ahora es inspector en Valencia, pero en sus ratos libres da rienda suelta a su pasión por la literatura y va por su segunda novela.

'La melodía de las balas' llega a la Escuela de Policía

Rubén Sánchez Fernández (Almería, 1978) hace ya tiempo que dejó atrás su formación en la Escuela Nacional de Policía de Ávila, casi dos décadas, sin embargo hace escasos días retornó a ese lugar que tan gratos recuerdos le trae, «magníficos» asegura, al igual que la ciudad en la que se ubica y sus gentes, para, de forma virtual, unirse al grupo de lectura del citado centro y presentar allí la que ya es su segunda novela: ‘La melodía de las balas’. Está en plena promoción de un libro del que está muy orgulloso y que nació en el año de la pandemia. Aunque fue mucho antes cuando empezó a gestarse y es que lleva tras él una ardua labor de documentación. Por fin vio la luz en Navidad y con él hablamos de esta segunda creación que, esta vez sí, después de llamar a no pocas puertas, no ha tenido que ser autopublicada, como sí lo fue la primera ‘Hadas con tacones afilados’. Ole libros es la editorial que le ha dado su respaldo finalmente. Si bien tiene claro que si de algo están hechos los escritores es «de rechazo y de desánimo». Algo que «puede parecer un concepto muy romántico, pero que también lleva implícito y prueba que los escritores necesitamos mucha disciplina». De hecho «tú mandas los manuscritos y muchas editoriales ni te contestan o te dicen que buscan otra cosa», afirma.

Por supuesto que la tarea de escritor del almeriense no es su primera ocupación porque para eso se hizo policía y ejerce como tal en Valencia. Pero ocupa gran parte de sus días el tiempo que dedica a la literatura. Es metódico, tremendamente, y aunque se quite horas de sueño debe cumplir con la rutina de plasmar sus historias sobre papel. Historias que no acaban en el libro dado que ya hace un tiempo que comenzó a crear un blog en el que cuenta el proceso de creación de este segundo relato. Titulándose ‘La melodía de las balas’ es lógico pensar que algo de música tiene detrás y, efectivamente, es así por eso además y en paralelo a la novela creó una lista en spotify con la música que supuestamente suena mientras transcurre esta historia, que es la de un sicario que como tapadera lleva en su vida las actuaciones en locales de jazz haciendo tocar las teclas de un piano. Mucho tiene que ver también la Valencia que hace ya cerca de 14 años de algún modo acogió a este policía/escritor. Y como Valencia, Colombia, el País Vasco, Túnez.

En esta ocasión ha querido otorgar a su personaje principal, Jon Cortázar, una gran complejidad. Ex miembro de ETA y repudiado por la banda actúa el protagonista como sicario en esta novela, un asesino a sueldo cuya vida se relata en dos tiempos verbales, en el presente (en tercera persona) y en el pasado (en primera) que nos hace comprender su realidad actual. Problemas, inseguridades, traiciones, el paso implacable del tiempo van hilando una novela negra como decíamos al principio en la que la gran labor de documentación del autor se nota casi en cada página. Reconoce Sánchez Fernández que para componerla se ha tenido que ayudar de no pocos expertos, ha contactado con profesores de universidades, con médicos-forenses, con músicos de jazz. Hasta los tiempos de las conversaciones están medidos o las escenas que transcurren en Colombia y otros países se dotan de costumbres, de realidades. Ha preguntado por lo que cuesta allí el transporte público, por platos típicos, por los giros del idioma, localismos, esas formas de hablar, de comer o de ser al fin y al cabo. 

Hasta se informó en cuestiones de planimetría para no errar en su pulcro relato. Ahondar en cada escena para dar forma al personaje complejo que tenía entre manos es su misión. Del asesino también muestra sus miedos y temores, sus fallos, en contraposición a otros relatos en los que se muestra a los sicarios/asesinos de una forma simple, aunque «perfectos a la hora de la ejecución». Sánchez quiere que salga a la luz el miedo del protagonista, si pasa hambre… Quiere que el lector empatice con Jon Cortázar, «literariamente hablando». «Es un hombre que pierde a su madre, ya se está haciendo viejo, tiene miedo, es repudiado, fracasa, se siente vulnerable».

Reconoce nuestro entrevistado que esta novela en el tiempo le ha costado menos que la anterior, en la que invirtió seis años y salió a la luz en 2015. Ahora, cierto es, que está más asentado como inspector  en Valencia. Por supuesto que el trabajo es lo primero y a ello se dedica en cuerpo y alma sólo que ahora le ha ‘pillado’ con menos viajes de por medio y con unos horarios más regulares que cuando pertenecía a la UIP, a los antidisturbios, una época entre 2012 y 2015. 

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