... y Áureo brilló en el Mercado Chico

I.Camarero Jiménez
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Belleza, plasticidad y riesgo, tal y como prometían, se mezcló con humor en una propuesta de gran calidad

... y Áureo brilló en el Mercado Chico - Foto: David Castro

Ávila es un gran escenario, por eso lleva ocho años siendo la capital del Festival Internacional de Circo de Castilla y León. El año es atípico y lo cierto es que la meteorología este sábado en teoría estival no acompañó en exceso, aún así el público logró entrar en calor y fue así porque cuando hay espectáculos de la categoría de Áureo (de Upart) es difícil no entrar en materia y sumergirse en la propuesta tan trabajada que llevaron a la céntrica plaza del Mercado Chico.

Sobre el papel, ya anunciaban que Áureo es belleza y plasticidad, y riesgo... y lo cierto es que no se queda sólo sobre ese papel, de hecho creemos que casi se queda corto. Bastaba con mirar las caras de los presentes para intuir las bocas abiertas de admiración, es un espectáculo de esos que en cierto modo produce adicción. Lo ves casi con el corazón en un puño porque es arriesgado y da la sensación de que en cualquier momento, si falla una pieza, si hay el más mínimo error, alguien puede acabar lesionado porque ahí, tras el salto,lo que hay es el vacío y el suelo, que para nada amortiguaría el golpe.

Fue una pena que el público tuviera que llevar mascarilla porque ahogó su expresividad y para los artistas, para los siete, hubiera sido un gran regalo comprobar lo que sintió ése que convirtieron en ‘su’ público. Ante eso, el aplauso estuvo francamente bien porque los asistentes se arrancaron en reiteradas ocasiones.

Fue realmente bonito y satisfactorio ver a siete jóvenes, que son siete atletas crear un espectáculo que se aceleraba de 0 a 100 en cuestión de segundos. Mucho esfuerzo físico en una hora que dura su propuesta y  que, por supuesto tiene sus momentos de transición para recuperar el aliento. Transiciones aprovechadas para hacer malabares, contar la intrahistoria de Áureo, reorganizar estructuras en las que de nuevo volver a mostrar esa fortaleza física. El físico está claro que hace mucho, pero no lo es todo, la capacidad de concentración, la confianza que impera entre los siete artistas es palpable e hizo del espectáculo que se trajeron a Ávila algo con lo que de verdad disfrutar. El patio de butacas prácticamente estuvo lleno y los alrededores de la plaza, con muchas terrazas también prácticamente repletas, permitieron a muchos abulenses y visitantes disfrutar de esta propuesta traída de la mano de Cir&Co.

Sólo un apunte, la gran labor de Policía Local, Policía Nacional, Protección Civil y el resto de la organización en velar por la seguridad. Muy educados, pedían mantener distancias, no querían que nadie se quedara sin ver Áureo, aunque lamentablemente en muchas ocasiones tuvieron que recordar que esa distancia es por nuestra seguridad. Tal vez no tendría que ser necesario, pero a veces la responsabilidad individual nos la dejamos en casa.