«El microrrelato es como un fogonazo"

D.C
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José Antonio Martín presentó 'Te tengo en cuento', una recopilación de relatos llenos de magia que buscan la «complicidad»

José Antonio Martín, escritor gallego residente en Salamanca (donde trabaja como profesor de Lengua y Literatura), presentó en Ávila el libro Te tengo en cuento, una recopilación de relatos llenos de magia en los que, a lo largo de 144 intensas páginas, aborda diferentes temas a los que se acerca desde muy originales perspectivas.

Comparten las páginas del libro guiños a la mitología, a los momentos cruciales de la existencia que nos permiten crecer, a la lucha de numerosas mujeres de distintas épocas por encontrar su sitio en el mundo, a la vida que transcurre junto al río o junto al fuego del hogar y a la creación de un espacio mágico, Coliño, un pueblo que representa a todos los pueblos de la España abandonada y cuyo nombre es un diminutivo, lógicamente en gallego, de la palabra ‘colo’, que significa regazo y que simboliza el mundo del cariño, del afecto que siempre ha dado la familia, especialmente las madres. Coliño, aparte de referente directo del cariño y de un lugar entre la cintura y las rodillas ideal para escuchar historias ancestrales, es «un territorio abierto a la imaginación que me sirve para hablar de mi infancia y también de la historia de un mundo rural que ha cambiado mucho».

El libro, explicó su autor, reparte sus historias entre relatos de varias páginas de extensión y microrrelatos, formatos diferentes pero perfectamente complementarios que a veces se mezclan «para que el lector pueda cambiar el tono de la lectura», pero siempre buscando «un intimismo a través de una prosa poética que quiero que sea cercana».

La elección de la distancia corta en la literatura que significan tanto el cuento como el microrrelato, explicó Martín, tiene en parte su razón de ser en que vivimos «en una sociedad que vive muy deprisa y que a veces no dispone de tiempo suficiente; los cuentos son como una especie de comida para la que no disponemos de mucho tiempo, aunque si para un postre, y los microrrelatos son como la cena, un fogonazo, una explosión que te deja con ganas de más hambre, es decir, que dejas algo para el territorio de los sueños que vendrán poco después». Además, añadió, esa opción de las pocas palabras, intensas y bien elegidas para condensar, «buscan también la iluminación del lector, pero al mismo tiempo intentando dejar una continuidad en el aire que deja las puertas abiertas a la complicidad de quien te lee». 

temas variados. Los temas elegidos, insistió, «abarcan un poco todo lo relacionado con la persona, pero dando un especial protagonismo al amor entendido como un trueque a nivel de afectividad, para nada en su sentido mercantil, un intercambio personal que enriquece a quien lo tiene».

Bajo el título de Te tengo en cuento, un evidente juego de palabras que anticipa el homenaje al mundo de los relatos que quiere hacer el narrador, aparecen las sensibilidades de todos los potenciales lectores ligadas a las de José Antonio Martín, un camino compartido en el que se dan cita emigrantes obligados, mujeres que lucharon por progresar en un mundo de hombres, niños que ayudaron a sus padres a subsistir, bardos que contaron su propia historia o trueques de amor y supervivencia. Pero también aparece el mundo clásico, ese al que siempre se vuelve, e incluso se invita a pasear de la mano de la diosa Lluvia, que llegó a Galicia de otras latitudes más al norte y entregó a los pobladores sus lágrimas fértiles.

Entre los muchos protagonistas de este curioso e interesante libro están una silla, un libro o árboles, como un olivo que se despide de sus amigos después de un milenio de vivencias, o una ciudad, Zamora, y su amante, el río Duero.