Félix Díaz tiene 52 años y un sueño: el de ser Policía Nacional. Un anhelo que ahora, y tras varios años litigando, está más cerca de conseguir después de que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid le haya dado la razón en una sentencia en la que obliga al Ministerio de Interior a declarar apto en la prueba de entrevista personal, la tercera de las cuatro de las que consta el proceso selectivo de la Escala Básica de Policía, al demandante, representado en todo este proceso judicial por un letrado de Ávila, J. B. R.

La sentencia, «histórica» por la edad del aspirante, no solo declara apto en la prueba de entrevista personal a este opositor tinerfeño sino que  reconoce el derecho del mismo a «continuar con el resto del proceso selectivo hasta su finalización». Esto significa, explica el abogado abulense, que su representado podrá realizar los test psicotécnicos, que son la  última fase de esta oposición y que en el caso de superar este periodo deberá ser nombrado alumno en prácticas de la Escala Básica del Cuerpo Nacional de Policía con la misma antigüedad y resto de efectos económicos y administrativos que los obtenidos por quienes superaron su convocatoria de plazas.

Llegar hasta este punto no ha sido fácil para este tinerfeño que en el caso de aprobar la última fase de esta oposición, que deberá realizar en la primavera del próximo año junto con el resto de opositores de la última convocatoria, entrará en la Escuela de Policía de Ávila con 52 años y jurará el cargo con 54, lo que sin duda se trata de una edad insólita pese a que desde hace ya varios años no existe límite de edad para acceder a la Policía Nacional, más allá de la de jubilación.

 Este fallo pone fin a un proceso que se inició en 2015 cuando este opositor tinerfeño obtuvo la calificación de ‘no apto’ en la fase de entrevista a la que llegó después de haber aprobado las dos anteriores pruebas de esta oposición. Al aspirante se le concedieron solo 43 puntos de los 60 máximos de esa prueba. Tenía entonces 48 años de edad y había suspendido la prueba teórica (la segunda de este proceso) tres veces antes de superarla. Sin embargo, y pese a haber dedicado cuatro años de su vida a preparar esta oposición, y a compaginar trabajo, familia y estudios, el tribunal calificador apreció en el candidato tres debilidades, entre ellas la falta de motivación. «Desde el primer momento vimos clarísimo que ese argumento maquillaba el hecho de que este opositor tenía 48 años», explica el letrado abulense.