Representantes del Gobierno y el Parlamento de Libia, bandos enfrentados desde hace seis años en una guerra civil, firmaron hoy en Ginebra un alto el fuego permanente para todo el territorio nacional, anunció la Misión de Apoyo de las Naciones Unidas para Libia (UNSMIL).
La jefa en funciones de la misión de la ONU, Stephanie Williams, mediadora en las negociaciones, calificó el acuerdo de "un momento que pasará a la historia" y aseguró que "ayudará a garantizar un futuro más pacífico para los hijos e hijas de Libia".
"Confío en que el acuerdo ayude a poner fin al sufrimiento del pueblo libio y permita a desplazados y refugiados volver a sus hogares en paz y con seguridad", agregó.
El acuerdo se logró tras cinco días de negociaciones durante la cuarta ronda de la Comisión Militar Conjunta 5+5, formada por diez representantes de los dos ejércitos en conflicto.
El coronel Ali Abushahma, jefe de la delegación representante del Gobierno de Acción Nacional (GAN), pidió a los responsables de las tropas libias "hacer todo lo posible para cumplir el acuerdo con responsabilidad y reconstituir el aparato militar para que sea una fuerte mano contra quien mine la seguridad y estabilidad de Libia".
Por parte del Parlamento de Tobruk, Amhimmid Mohammed Alamami dijo sentirse "complacido por el resultado obtenido".
La guerra civil libia enfrenta al Gobierno del Acuerdo Nacional, reconocido por la ONU y con sede en Trípoli, y al Parlamento que, con sede en Tobruk, controla buena parte del territorio nacional mediante las milicias encabezadas por Jalifa Hafter, hombre fuerte de Muamar al Gadafi en las décadas de los años 70 y 80, quien, tras huir a EE. UU. en 1989, fue el principal líder opositor en el exilio.
En realidad, desde la caída del dictador en 2011, cuando la OTAN contribuyó a la victoria de los heterogéneos grupos y milicias rebeldes que disputaban el poder de Al Gadafi, el país es un Estado fallido, víctima del caos y la guerra civil.